Rubén Cortés.
Es fascismo a pulso, para qué jugar con las palabras: senadores y diputados de un grupo político que tiene 15 millones de electores cautivos desde 2006, están ordenando a sus turbas que violenten y acosen en la calle y en redes sociales a sus adversarios políticos.
Tras el revés legislativo de la reforma eléctrica (que marcó el domingo el fin de la autollamada “Cuarta Transformación” a nivel constitucional) Morena llenó calles y plazas de carteles con nombre y foto de los diputados “traidores” que votaron en su contra.
No es nuevo. Así funciona ese grupo político. Lo hizo la CNTE (aliada electoral y brazo de insurgencia urbana de Morena) al rapar a maestras que aceptaron ser evaluadas e impartir clases, como indicó la reforma educativa aprobada durante el gobierno pasado.
Al más puro estilo de los Jemeres Rojos del Partido Comunista de Kampuchea, la CNTE aquí les cortó el cabello a las “traidoras” y les colocó carteles humillantes en el cuello: “Nos pelonean por traidoras. Me llamo María Dolores Guillén Ruiz”.
Y otras vejaciones, como colocar durante horas contra la pared a policías municipales, también con pintas colgadas al cuello, como:
—Soy policía y reprimo al pueblo.
—Soy agente del Estado y le tomo fotos a maestros.
—Soy policía y reprimo a maestros.
—Soy oreja del gobierno.
—Soy director de la agencia estatal de investigaciones y me infiltré en los maestros para reprimirlos y venimos bien armados.
Los fascistas de Franco hicieron lo mismo con 20 mil mujeres por haber sido planchadoras para el Ejército de la República. Y, no olvidemos que la CNTE tiene 40 diputados, a cambio de haber ayudado a Morena a ganar la presidencia de la República.
Sí. 40. Lo dijo Porfirio Muñoz Ledo, cuando en la pasada Legislatura le dijo a manifestantes de la CNTE. “Ustedes ya tienen 40 diputados, son el grupo más numeroso; ya quisiera la CTM 40 diputados para un día de fiesta”.
Sin embargo, la violencia y el acoso de las turbas callejeras del gobierno sobre las diputadas y diputados que votaron contra la reforma eléctrica del presidente, se entiende como algo natural desde el momento en que éste le llama “traidores a la patria”.
Pesan mucho los dichos de un presidente al que apoyan seis de cada 10 de sus gobernados: pesan tanto como para que algunos de sus seguidores cometan una barbaridad en su nombre, o en el de su partido.
Porque la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, anunció que ella misma encabezaría a las turbas para “boletinar” con foto, nombre y partido de todos aquellos diputados que votaron en contra de la Reforma Eléctrica.
Y, hay que insistir, en que eso que hace…
Es un peligro para México.