Raúl Flores Martínez.
El negocio que se prevé de las Islas Marías, puede volverse un grave daño a la flora y fauna del archipiélago de estás islas que se encuentra en el Pacífico mexicano, lo que era una cárcel próximamente se volverá un atractivo destino turístico en una de las biosferas más ricas del planeta.
De acuerdo con los especialistas, las Islas Marías, es un archipiélago de cuatro islas (Cleofas, María Magdalena, San Juanito y la Isla María Madre), en las que confluye un ecosistema indispensable para el ciclo de la vida en el planeta, ya que alberga más de 1590 especies, 1265 son de fauna y 172 son de flora, 50 de ellas están catalogadas en situación de riesgo y otras que además de ser endémicas se encuentran en peligro de extinción como el loro cabeza amarilla y el conejo de Islas Marías.
La zona marina del archipiélago de Islas Marías se considerada de no pesca, con lo que se espera el repoblamiento y protección de una gran cantidad de animales y de sus ciclos reproductivos; se reconoce la abundancia de especies, como camarón, atún, huachinango, flamenco o lunarejo, parga o pargo canario, pargo colmillón, pargo coconaco, pargo listón y jureles.
Además, en la zona también se reproducen y habitan varias especies de tiburones, como el martillo común, piloto y Mako, además de mamíferos marinos, lo que mantiene una fuerte conectividad ecológica marina con la Reserva de la Biosfera, considerando que existen poblaciones con alguna categoría de riesgo, tales como ballena jorobada, delfín manchado pantropical, delfín moteado pantropical y mantarrayas sujetas a protección especial.
Esto será dañado de acuerdo con algunos especialistas en especies en peligro de extinción, qué señalan que el destino de las Islas Marías no había sido dañado a pesar de que durante 114 años albergó a 45 mil presos, que tuvieron una semilibertad.
Algunos incluso, vivían con su familia, por lo que hubo etapas en la que en la isla había cientos de niños, hasta unos 600. Las familias podían quedarse por periodos de semanas o meses de visita.
Pero en las últimas etapas las familias fueron disminuyendo. En el desalojo final salieron siete familias, en las que había cinco niñas y cinco niños. A pesar de esto, no hubo una contaminación, cómo la que podían traer los visitantes que puedan quedarse hasta por tres días en las casas que dejaron los internos, las cuales serán reconstruidas.
Estás casas tendrán servicios urbanos, como agua potable, luz eléctrica y drenaje; uno debe de preguntarse, dónde van a ir a parar los desechos humanos y los desechos que dejan los turistas.
Si usted ha paseado por Acapulco, se ha dado cuenta cómo algunos turistas dejan las playas en temporada vacacional; es ahí, dónde uno debe de preguntar ¿Cuánto aguantará el ecosistema de las Islas Marías con este turismo?