Con el propósito de promover las habilidades de las personas con autismo para que sean funcionales y se inserten en su entorno sociocultural, en el Laboratorio de Cognición y Desarrollo de la Facultad de Psicología (PF), la Universidad Nacional implementa una estrategia identificada como Funcionalización Cognoscitiva.
Felipe Cruz Pérez, académico de la entidad universitaria quien dirige este modelo, asegura que en México no hay cifras confiables de cuántas personas viven con este padecimiento, sin embargo, cálculos realizados por organismos internacionales refieren que en el mundo hay una prevalencia de uno por ciento, es decir, que existen de siete a ocho en esta condición por cada 10 mil habitantes.
Precisa que a través del trabajo que llevan a cabo se busca diseñar acciones adecuadas para cada caso. Los expertos se enfocan en la funcionalización motora, sensorial, cognitiva, comunicativa y socializante con un grupo de 28 personas, a quienes estudian desde hace 14 años. Recurren a tres terapeutas que asisten al paciente y a sus padres.
Además, en el Centro de Servicios Psicológicos Guillermo Dávila de la FP, Cruz Pérez y sus colaboradores también atienden una serie de problemáticas del desarrollo.
“Esperamos que con estos cambios pospandémicos podamos recuperar el trabajo del grupo de niños con autismo, donde laboramos con grupos reducidos y dos o tres terapeutas por cada niño”, comenta el experto quien cuenta con 35 años de experiencia en el progreso de la intervención.
El especialista expone en ocasión del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, que se celebra el 2 de abril, que quienes lo padecen se caracterizan por lenguaje limitado o extraño, aislamiento, nula búsqueda de contacto social y afectivo, patrones repetitivos y deficiencias en la interacción.
Se trata de un trastorno del neurodesarrollo actualmente llamado del espectro autista, porque incluye una gama de síntomas tan diversos como quienes presentan esta condición, asevera.
“Quizá las características más notorias son las deficiencias en la interacción y en la comunicación social por parte de las personas que están en esa condición, síntomas que presentan desde las etapas más tempranas del desarrollo. Incluyen patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento y también de sus intereses y actividades; presentan un deterioro significativo en los aspectos laborales y académicos y en otras áreas como las recreativas y de juego, debido a la presencia de estos síntomas”, afirma Cruz Pérez.
Esta alteración psicopatológica puede presentarse a partir de la fase gestacional, pero no hay una edad precisa para que se manifieste. “Gracias al desarrollo científico, desde las fases más tempranas del crecimiento se pueden detectar una serie de indicios”, precisa el especialista universitario.
Para sospechar que un infante lo tiene, es importante notar si presenta un patrón de actividad deprimida o excitada, lenguaje verbal no consolidado, actividad comunicativa no orientada, aislamiento (sobre todo conforme crece), además de nulo contacto social y afectivo (especialmente con sus padres), enfatiza Cruz Pérez.
Cuando surge la duda y hay algunas manifestaciones, se debe buscar ayuda profesional para lograr un adecuado diagnóstico. Lo recomendable, acota, es acudir con un neuropediatra.
“A veces, en nuestra cultura, la búsqueda de un diagnóstico adecuado es tardía, debido a la ignorancia sobre este tema y a la confusión que muchas veces hay con respecto a este tipo de condición del desarrollo”, señala.
Avance en acceso a enseñanza
A propósito del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, Cruz Pérez considera que la efeméride ayuda a visibilizar esta problemática social, la cual requiere tenerse presente para su solución y apoyo.
De acuerdo con la página electrónica de la Organización de las Naciones Unidas, en 2008 la Asamblea General de este organismo hizo la declaratoria de la conmemoración, porque ese año entró en vigor la Convención sobre los Derechos de Personas con Discapacidad, que reafirmó el principio fundamental de las garantías inalienables.
Añade que en 2022 el lema es “Educación inclusiva de calidad para todos”, y argumenta que durante la última década se ha avanzado de manera notable en el acceso a la enseñanza en general, y más en el caso de las personas con autismo.
Sin embargo, en 2020, con la pandemia de la COVID-19 la mayoría de países anunciaron el cierre temporal de escuelas, lo que afectó a más de 90 por ciento de los estudiantes en el mundo. La interrupción del aprendizaje ha revertido años de progreso y exacerbado las desigualdades en la educación.
La ONU considera que un número importante de estudiantes con autismo se han visto especialmente afectados de manera desproporcionada a causa de la interrupción de sus rutinas, así como por los servicios y apoyos de los que dependen.
UNAM