Carlos J. Pérez García.
¡Vaya! Aquel organismo ciudadano, el primer IFE, nos sugiere que la nueva iniciativa del actual presidente dejaría al INE en manos de su partido mayoritario y sin ninguna calidad o eficacia operativa. Era 1990, con Carlos Salinas, y el naciente instituto quedaba encabezado por el secretario de Gobernación.
A partir de la realidad al aplicarse la Ley por vía de la Comisión Federal Electoral, así como tras los conflictos postelectorales de 1988-89, los acuerdos políticos y sus reformas constitucionales llevaron a que el Congreso emitiera un nuevo Código y se creara el Instituto Federal Electoral a fin de contar con “un ente imparcial que diera transparencia, certeza y legalidad a las elecciones”.
Estos 32 años se remontaron experiencias y se produjeron diversas reformas, entre las que destacan la de 1996 en que el Congreso reforzó la autonomía e independencia del IFE al desligar al Poder Ejecutivo de su integración y reservar el voto a los consejeros ciudadanos, la de 2007 que amplió y precisó sus atribuciones, o la de 2014 que rediseñó el sistema electoral y transformó al órgano en una autoridad de carácter nacional, el INE, para los procesos federales y locales.
Por lo visto nos quieren quitar el privilegio de tener una democracia, la cual se ha venido consolidando con los organismos y las leyes que nos hemos dado a lo largo de décadas. Parece una revancha por viejos agravios y una mera disminución presupuestal que implica menos alcances.
Deberán probar que no se trata de “volver a empezar” para satisfacer una transformación que necesitaría más tiempo (continuar varios sexenios) si es que va a ofrecer algunos resultados. Igual, habremos de acreditar que la oposición a estos cambios planteados desde el poder tampoco surge de razones “ideológicas o corruptas”.
En todo esto, creo, hay que tomar en cuenta la única frase que el leído escritor español Arturo Pérez-Reverte incluye en su biografía de Twitter: “No tengo ideología, lo que tengo es biblioteca”. Otros señalan: No importa tanto si un gobierno es de izquierda o de derecha, sino si es bueno o malo; si es eficaz o fallido; si es honesto o corrupto; si es efectivamente democrático o no lo es; si es realista (razonable) o resulta demagógico (populista y electoralista de acuerdo con los diccionarios).
De mi historia personal, confirmo que en política me inclino por la centroizquierda; en economía por el liberalismo económico que prevalece en el mundo (unos lo llaman neoliberalismo), y en lo social también por la centroizquierda aunque sujeta a una economía que crea riqueza para ser distribuida. Así de sencillo, y me gratifica estar bastante lejos de cualquier extremo.
En general hay que tener en cuenta aspectos ideológicos, pero sin que lleguen a nublar o distorsionar las decisiones más relevantes. A la mejor… 1) tiene que haber ricos antes de que pudieran desaparecer los pobres, lo mismo que 2) inversión y empleos antes de una redistribución del ingreso, 3) crecimiento económico sostenido antes de una menor desigualdad, o 4) libertad económica y un Estado fuerte (no grande) antes que gobiernos populares y sin contrapesos.
La narrativa oficial nos miente y vemos amenazados nuestros privilegios de libertad (liberalismo) y de un Estado de Derecho, si bien los de nuestra educación o experiencia no nos los pueden arrebatar a millones de mexicanos que tanto nos costó obtenerlos. Habrá que defender el privilegio de no ser pobres, e igual otorgárselo a muchos más al ampliar en forma significativa las clases medias.
En fin, oigan, me queda claro que la pobreza tendrá que ser combatida y abatida con ayuda de la economía, que la democracia también deberá ser protegida y consolidada con la participación de la sociedad, y que la corrupción sólo podrá frenarse a través de vías o sistemas eficaces en paralelo al fortalecimiento de la salud, la educación, la seguridad…
* MAÑANA DOMINGO TENDRÁN LUGAR las marchas ciudadanas a lo largo de diversos puntos del país. Son muy numerosas las razones que nos inducen a participar en ellas y a lanzar reclamos o gritar advertencias.
Para muchos, con todo, un propósito principal se centra a favor de nuestra democracia encarnada por dos órganos esenciales que están claramente amenazados: el INE y el TEPJF o Trife, ante ocurrencias perversas y la consulta el día 10 de un Gobierno Federal que, fíjense, va sin duda alguna en la dirección contraria.
¡Resguardemos nuestra Constitución, con optimismo!
@cpgarcieral