Jorge Miguel Ramírez Pérez.
Ante la complacencia del público y de la “abstención activa” de los opositores, Obrador no tiene descanso en su afán destructor de instituciones, lo suyo, lo que es verdaderamente su vocación, es hacer añicos el andamiaje de los procesos democráticos que le pican a los ojos, no los puede ver, le causan repulsión. La advertencia va en serio, Lorenzo Córdova verá desmoronarse la institución que tenía la mínima credibilidad, aunque una imagen como si fuera la de una gran credibilidad, era algo que daba la apariencia mejor que todo lo que hubo en el siglo pasado en materia electoral.
Una evaluación del INE antes IFE nos hace recordar que su primer presidente del Consejo José Woldenberg, era nada menos que, esposo de la Secretaria de Medio Ambiente, Julia Carabias. De la nada Zedillo lo inventó como experto electoral. Antes había sido asesor del sindicato de la UNAM, la agrupación que está apoderada de muchos procesos de esa antes afamada casa de estudios. Por eso ya casi nadie recuerda que quien declaró el triunfo de Vicente Fox, no fue Woldenberg, ni el IFE, el que dio la noticia fue el propio Ernesto Zedillo, él presidente felicitó antes que todos al panista; empezó mal ese instituto.
Y quien no se acuerda de otro presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde el mismo que se negaba a declarar que los datos favorecían a Felipe Calderón, generando dudas, todo para que su madrina Elba Esther pudiera negociar con margen, el “reconocimiento” a Calderón.
Menos memorable pero manejada con una siniestra astucia fue la operación que encabezó el consejero Marco Antonio Baños brazo electoral de Manlio Beltrones, para que los consejeros estatales de los órganos locales electorales, los 32, se integraran con tres nombres propuestos de los gobernadores en el poder entonces y cuatro por la burocracia del IFE, maniobra respaldada con la total aprobación de Lorenzo Córdova, y de los demás consejeros, como por ejemplo: Benito Nacif y el impresentable Roberto Ruiz Saldaña, que metieron favoritos en la integración del OPLE de Veracruz.
Claro que el presupuesto de la democracia, posiblemente la más cara del mundo manejado al antojo de los consejeros es proverbial.
Pero con todas las fallas, el INE de Lorenzo Córdova -entre ellas facilitarle a López Obrador el registro dudosísimo de Morena, por órdenes de Enrique Peña Nieto, para pagarle el reventón de la alianza del PRD con el PAN en la elección del Estado de México en 2009, en la que el hoy autonombrado ganso, maniobró para que los opositores al cacicazgo de Atlacomulco impidieran impulsar a Peña- seguía el órgano electoral con el respeto de las mayorías que no alcanzaban a ver lo sucio.
De hecho López Obrador ha seguido fiel a su compromiso con Atlacomulco y las últimas elecciones donde triunfó la actual Secretaria de Educación, la maestra del “ten percent” de moches, Delfina Gómez Álvarez tuvo que “reconocer” el triunfo de Alfredo del Mazo III, de la dinastía fundada por Isidro Fabela, jefe de la “cofradía de la mano caída” como le denominaba el padre de Carlos Loret de Mola, Rafael; y a la que pertenecía el poeta y político tabasqueño Carlos Pellicer, mentor de Obrador en sus años mozos.
Así que contra lo que dicen los villamelones que no hay que “hacerle el juego” el diez de abril a López, porque entre otras cosas se puede llevar entre las patas al INE… ¡oh sorpresa! Ya lo tiene agendado, porque por si no saben, los que no saben, el poder se usa o alguien más lo usa.
La propuesta de ayer es arbitraria y lo que sigue: usando a las burocracias adictas de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, sacar candidatos a modo, y por medio del propio sentenciado, supongo el INE; sacarlos a votación con la aplanadora semianalfabeta de Morena y aliados para con la propaganda descarada del aparato, ganar las elecciones de esos consejeros guindas. Es todo un totalitario fascista. Me cae.
Pero ya lo sé, todos los del partido de lo “correcto políticamente” los mismos que se van a abstener, ya se quiebran la cabeza para hacerse listos con razonamientos, de esos de que no hago lo que quiero, para que no creas que te hago caso. ¡De Ripley!
Y que más evidencia de la larga lista de deterioros que plantea desde Palacio Nacional quien quiere sentarse en el poder para no gobernar, como hasta la fecha se demuestra con matanzas diarias que dejan chiquita a la guerra de Ucrania en porcentajes de bajas, sino él, quiere el poder para autoalabanza, para cumplir caprichos de los marxistas, o marxianos como les decía el erudito Daniel Bell, jefe del área de Sociología de la Universidad de Harvard a los ociosos que se creen diseñadores de la vida humana. ¡Hágame el favor!
Por eso, no le importa al uno, que el falso fiscal autónomo siga o no siga en el cargo, “le devolvió la confianza”, y ya se olvidó Gertz de las investigaciones que traía de la clica familiar de López Obrador. Bastaron dos llamadas de atención para ubicarlo en la realidad, la de su patrón, no solamente la sofisticada, cuando vive en las exquisitas residencias en Europa: por un lado el fuego amigo, unas conversaciones grabadas desde el poder (a medias)… y por el otro el veredicto de la Corte, digo del rebaño de Arturo Zaldívar maestro de la genuflexión, para que con el obvio acuerdo salga una de las víctimas de Gertz de la cárcel, los ministros por su parte recuperaron el aliento después de tantas suciedades cometidas a la Constitución.
Monreal se quedó nuevamente fuera, arropando al falso fiscal autónomo, López lo identifica como levantisco, y sigue en la lista de defenestrados, ya son muchos: Muñoz Ledo, Monreal, Cárdenas Solórzano, la Polevnsky, Romo, Scherer, Bonilla, Noroña, Herrera, Gabriel, Yáñez, Cuauhtémoc, Barbosa… todos con información, por eso siguen, pero como si no existieran y los históricos su hermano Arturo, Ímaz y Ponce, me faltaron muchos más, por supuesto: Gertz.
