México.- Formar colaboradores competentes para desempeñar con éxito las funciones encomendadas en su puesto de trabajo, es la mejor inversión que una empresa puede realizar para dar viabilidad a su negocio.
Además le ayudará a mantenerse competitiva en el mercado y afrontar vertiginosas situaciones como las que se viven en el mundo actual.
Así lo consideró Horacio Rodríguez, director asociado y líder de la Práctica en Capacitación Ejecutiva y Certificación de Advanced Management Consulting Group (AMCG), firma dedicada a la implementación de mejores prácticas en gestión directiva.
“Trasladar el concepto de personas capacitadas a una lógica de tener personas competentes, puede hacer la diferencia en cuanto a que una empresa quede rezagada o dé un paso adelante. Capacitar por capacitar no tiene ningún sentido. Debemos tener personas que cuenten con los conocimientos, habilidades, destrezas, hábitos, valores y actitudes necesarias para desempeñarse a un alto nivel en sus posiciones de trabajo”, abundó.
Rodríguez Jiménez agregó que aunque las compañías cuentan con un presupuesto para impulsar mecanismos y estrategias orientadas a la capacitación, es común que lo hagan en temáticas genéricas o conceptos que no le agregan valor a la organización.
Esto se agudiza con la alta necesidad de las organizaciones de contar con mayor talento, por lo cual es primordial identificar, cuáles son las competencias que necesitamos desarrollar en las personas.
“A partir de esa detección, hay que identificar si efectivamente contamos con las personas adecuadas y podemos desarrollarlas en el equipo. Desgraciadamente muchas de las empresas no logran satisfacer sus necesidades de crecimiento porque dentro de sus propios colaboradores no se cuenta con todas esas competencias;”, dijo.
Razones para invertir en la capacitación
El directivo de AMCG consideró que la moneda de intercambio más importante en el mercado laboral son las competencias y el talento de las personas.
“No basta una carrera o un título profesional, las universidades tendrían que vincular experiencia en su desarrollo académico, mediante una serie de competencias certificadas que demuestren a un empleador o en una actividad de emprendimiento, que efectivamente cuentan con las competencias necesarias”, enfatizó.
Aseveró que al invertir en una capacitación orientada a resolver cosas, la empresa puede alcanzar mejores niveles de rentabilidad y a desarrollarse de una forma más ágil y pertinente.
“No sólo es capacitar por capacitar, sino hacerlo con una orientación estratégica para desarrollar las competencias de las personas, que permitirán fortalecer la posición o la ventaja competitiva que se tiene en las organizaciones, y cumplir de mejor manera el propósito para el cual fueron diseñadas”, comentó.
Asimismo, para que la capacitación rinda sus frutos, debe ser planeada profesionalmente para actualizar conocimientos y desarrollar habilidades y modificar actitudes, para formar a colaboradores más competentes mediante un esquema de valor más personalizado.
“La capacitación es valiosa, pero hay un salto cuántico al desarrollar mecanismos de capacitación para cubrir con una lógica y generar mayor competencia en las personas. Ese conocimiento o aprendizaje debe ser significativo, y debe ayudar a transformar cosas, a plantear nuevos retos, a generar nuevas respuestas a problemas que tienen en su espacio cotidiano”, explicó.
Evaluación y certificación, importantes en el proceso
Aunque las empresas pueden detectar áreas de mejora o quieren resolver o hacer algo mejor, Horacio Rodríguez recordó que lo mejor es apoyarse en un aliado estratégico, como AMCG, para obtener el panorama general del negocio y que el personal desarrolle las competencias adecuadas para desempeñarse a altos niveles de excelencia.
“Aunque una empresa identifique que algo le duele, no tiene todo el bosque de información. Lo más recomendable es iniciar con un diagnóstico para identificar cuáles son las posibles causas y, a partir de ello, generar diferentes esquemas de trabajo, ya sea a través de cursos de capacitación abiertos o diseñados a la medida, que permitan además la evaluación y la certificación de las competencias”, expuso.
Sobre esta certificación, Horacio Rodríguez especificó que, para asegurar que las personas cuentan con conocimientos, habilidades, destrezas y valores necesarios para el desempeño de una función individual y/o laboral, deben ser validadas no sólo por el sector o industria a la que pertenecen, sino a través de un reconocimiento oficial, por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP) u otro organismo avalado por el Estado mexicano.
Y es precisamente para eso que existen organismos certificadores de competencias los cuales están acreditados a través del Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales (Conocer).
“No nos quedamos sólo con el tema de la capacitación, sino que concluimos el proceso con mecanismos de certificación para que la persona pueda tener un documento que avale que tiene todas esas características. No es un documento propio de la empresa o de la organización, sino de la persona; es un agregado de valor”, sentenció.
Redacción
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