Rubén Cortés.
Canceló los 109 fideicomisos que beneficiaban a los ciudadanos, porque decía que eran fuente de corrupción. Pero llegó a la presidencia con un fideicomiso, permite a los militares hacer fideicomisos y compró la refinería de Texas con el dinero de un fideicomiso que creó Felipe Calderón.
Un monumento a la hipocresía. Porque el punto 18 (de los 50 puntos del programa con que gobierna el actual mandatario) advirtió durante la campaña de 2018 que se cancelarían “los fideicomisos y cualquier instrumento para ocultar fondos”.
Ajá. Pero este gobierno acaba de chutarse 23 mil millones de pesos del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), un fideicomiso creado durante el gobierno de su odiado Felipe Calderón (2006-12), para comprar la refinería de Deer Park en Houston, Texas.
Y, antes, para su campaña electoral de 2018, creó el fideicomiso “Por los demás”, para apoyar a los damnificados por los dos sismos de 2017, del cual 70 personas sacaron 64,5 millones en cheques de caja, pero ninguno era damnificado, porque todos eran de Morena. Un robo al descampado.
Además, el presidente firmó hace dos meses un decreto que permite al Ejército y la Marina hacer fideicomisos públicos sin estructura, para recibir y administrar el dinero, que obtienen en las aduanas, que coordinan desde que el presidente echó a los civiles y colocó a militares.
Pero, eso sí, canceló los 109 fideicomisos (que beneficiaban a casi todas las facetas del saber y el hacer de los ciudadanos), porque le daban independencia económica a grupos de poder que no comparten su idea del control del país reunido sólo en su persona.
Se debe recordar que un fideicomiso es un fondo de dinero público y privado, cuyos rendimientos se usan para financiar una actividad, en el caso de México, la ciencia, deporte, cine, arte, defensa de los animales, el ambiente, migrantes. Así era antes de 2018. Ya no: ahora es a puro capricho.
Es decir, la actual administración usa los fideicomisos cuando le funcionan para sus intereses, y los elimina cuando benefician a los intereses de los ciudadanos. Igual que con los resultados electorales: si son a su favor, los reconoce; si son en contra, denuncia fraude.
No han leído a Lenin, pero coinciden en el precepto del primer dictador soviético: “Usen las libertades de la democracia burguesa, pero no crean en ellas”. Saquen lana de los fideicomisos y elimínenlos; acepten al INE sólo si los declara ganadores, alaben a la prensa, únicamente si los adula.
Tal cual hicieron con el Fonadin: lo denigraron porque lo creó Calderón, pero transfirieron la lana a Pemex para que Pemex comparara la refinería Deer Park Refining Limited Partnership. Ah, pues qué maravilloso es que la revolución te haga justicia.
Todo un placer.