El primer ministro británico, Boris Johnson, anunciará este lunes el fin de todas las “restricciones legales” que seguían en vigor contra COVID-19, incluida la obligación de aislarse para los contagiados, como parte de su plan para “convivir con el coronavirus”.
El Ejecutivo se reunirá en la mañana del lunes para aprobar el proyecto y posteriormente Johnson informará al Parlamento, tras lo cual ofrecerá una rueda de prensa, según un comunicado difundido por Downing Street.
Este anuncio se produce en paralelo a que se haya conocido que la reina Isabel II, de 95 años, se ha contagiado con la enfermedad y presenta “síntomas leves, similares a un resfriado”.
“Tras nuestro exitoso programa de vacunación, estamos en una posición fuerte para considerar el levantamiento de las restricciones legales restantes, cuando más del 81 % de los adultos han recibido ya una dosis de refuerzo en Inglaterra y los casos siguen cayendo”, señaló la nota gubernamental.
Pese a todo, el Gobierno reconoce que la pandemia sigue y que hay una “incertidumbre considerable” sobre su devenir en el Reino Unido.
“La pandemia no ha terminado, pero gracias a la increíble campaña de vacunación ahora estamos un paso más cerca de volver a la normalidad y por fin devolver a la gente sus libertades, mientras seguimos protegiéndonos a nosotros y a otros”, dijo Johnson, según el comunicado.
Para el primer ministro, “el día de hoy marcará un momento de orgullo tras uno de los períodos más difíciles en la historia de nuestro país, mientras empezamos a aprender a convivir con COVID-19.
Johnson se comprometió a tomar un “enfoque precavido”, de forma que se mantengan algunos sistemas de vigilancia y planes para medidas de contingencia que se puedan usar si aparecen nuevas variantes.
“Gracias el gran éxito del programa de vacunación y nuestra mayor comprensión del virus, ya podemos pasar de la intervención gubernamental a la responsabilidad personal”, según la nota.
La intención del Ejecutivo conservador es reducir en gran medida el número de test que se realizan para concentrarlos en la población más vulnerable, pues solo el pasado mes de enero se gastaron más de 2.000 millones de libras (2.400 millones de euros) en pruebas, según dijo Johnson a la BBC.
También se espera que Johnson certifique el fin del aislamiento obligatorio para los positivos en COVID-19, que ahora mismo es de diez días, aunque puede reducirse a cinco si se está vacunado y el test de antígenos es negativo a partir del sexto día.
EFE