Rubén Cortés.
A nivel mundial ya se conocía de la corrupción en Segalmex, el proyecto del presidente de México para garantizar el abasto nacional de alimentos básicos. Pero ahora se sabe también aquí: hace compras simuladas y hasta invierte ocho millones de pesos en jugárselos en la bolsa de valores.
Segalmex es la empresa del gobierno mexicano que enmascaró como ayuda humanitaria negocios sucios con la dictadura de Nicolás Maduro para violar el embargo que impuso Estados Unidos a Venezuela, por capturar el órgano electoral, pisotear los derechos humanos y expropiar empresas privadas.
Aquí, la propia autollamada “Cuarta transformación” informó que en Segalmex existe una trama de corrupción desde que fue creada, por lo cual están involucrados sus funcionarios fundadores, quienes tienen abiertas más de 20 carpetas de investigación.
Se trata, entre otros enjuagues, de asignaciones directas de contratos a empresas fachada, por más de mil millones de pesos. La FGR incluye entre los investigados René Gavira Segreste, financiero y mano derecha del director, Ignacio Ovalle Fernández.
Gavira dio multimillonarios contratos irregulares por 800 millones de pesos a siete empresas, empleó a su sobrina y su tío, incrementó plazas de altos funcionarios, contrató guardaespaldas con recursos públicos y despidió a quien le dio la gana, según la investigación.
También son investigados Manuel Lozano Jiménez, ex director comercial de Segalmex; y Bernardo Fernández Sánchez, ex director de Operaciones de Liconsa: los mezclan en negocios por cuatro mil millones de pesos, por un lado; y 15 millones de pesos, por otro.
Todo ese quebranto es en México. Pero Segalmex brinca igualmente en la investigación de EL PAÍS y Armando.info que confirma la relación entre la cancillería y la empresa Libre Abordo, que aceptó ante la justicia de Estados Unidos haber realizado negocios con Segalmex en favor del dictador Maduro.
“Desarrollaron una opaca red con Venezuela, que intercambió petróleo carbón y aluminio. Creó un entramado de millones de euros por todo el mundo sin apenas dejar rastro, evadiendo las sanciones de Estados Unidos a la cúpula chavista”, asegura la investigación.
Libre Abordo se presentaba como empresa nombrada por el gobierno mexicano para negociar Segalmex y meter en Venezuela 210 mil toneladas de maíz y mil camiones cisterna de agua potable, en una operación valorada en 200 millones de euros.
La red de Segalmex con Venezuela va de la mano con la línea del gobierno mexicano de negarse a condenar al dictador Maduro en las votaciones internacionales por capturar al órgano electoral, asalto de militares al Congreso, reprimir a opositores y “de crímenes de lesa humanidad”.
El proyecto del presidente mexicano para garantizar el abasto nacional de alimentos básicos, huele a azufre en el patio y en la arena internacional.
Le urge una limpieza.