Numerosas ciudades y estados de Estados Unidos están optando por reabrir centros masivos de vacunación contra el COVID-19 que habían cerrado en los últimos meses ante la explosión de casos desatada por la variante ómicron.
Estadios, centros comerciales y otras grandes superficies usadas al inicio de la campaña de inmunización vuelven ahora a utilizarse para administrar vacunas, tanto primeras dosis como dosis de refuerzo, en un intento por mejorar la protección de la población ante el rápido avance de ómicron.
Una mayoría de estados del noreste del país, donde la variante ha atacado por ahora con más fuerza, pero también otros como Oregon e Illinois ya han reabierto o planean reabrir grandes centros de vacunación, capaces de atender a miles de personas al día.
Massachusetts, por ejemplo, comenzó este jueves a poner vacunas nuevamente en el popular estadio de béisbol Fenway Park de Boston.
En los últimos meses, el grueso de la vacunación en Estados Unidos había pasado a farmacias y clínicas médicas, pero las autoridades buscan ahora dar un nuevo empujón a las inmunizaciones, sobre todo vacunando a niños y administrando dosis de refuerzo a adultos.
También se espera convencer a algunas de las personas que hasta ahora han evitado vacunarse, según apuntan funcionarios citados por The Wall Street Journal y aliviar la carga que tienen muchas farmacias debido a la nueva ola de contagios.
Algo más de un 66 por ciento de los estadounidenses de más de 5 años, los que pueden vacunarse, ha completado la pauta inicial, según datos oficiales, mientras que alrededor de un 38 por ciento de los adultos vacunados se ha puesto la dosis de refuerzo.
Los casos de COVID-19 se han disparado recientemente en Estados Unidos a causa de la variante ómicron, que representa ya un 95 por ciento de los contagios en el país.
Este viernes, el país -que es el que más casos acumula en todo el mundo- registró más de 900.000 nuevas infecciones y unas dos mil muertes.
EFE