Raúl Flores Martínez.
En dos días consecutivos 19 personas, fueron ejecutadas por el Cártel Jalisco Nueva Generación con la finalidad de dar a conocer la fuerza en sicariato y armamento que le ha dado la estrategia de “Abrazos, no balazos” de la actual administración.
Los escenarios son Zacatecas y Veracruz, entidades gobernadas por Morena, que han dejado de hacer su tarea, atenidos por la protección del Gobierno Federal que desde un inició ha dejado en el abandono a sus ciudadanos.
De acuerdo con la Información Filtrada del Gabinete de Seguridad del Gobierno Federal, hace unos días se rompió el pacto que se tenía entre los cárteles del Pacífico y Jalisco Nueva Generación en diversas entidades del país, lo que generará una confrontación más cruenta entre estas dos organizaciones criminales.
Un pacto que, según los funcionarios, se tenía en repartirse el país en partes iguales para sus negocios ilícitos; sin embargo, las últimas decisiones de las autoridades del Gobierno Federal, como la liberación de unos de los hijos y el saludo a la madre del Chapo Guzmán; además del apoyo que recibió Morena para ganar gubernaturas y alcaldías en la zona del Pacífico, se inclinaron a un grupo delictivo.
El resultado de esa ruptura en el pacto, serán decenas de ejecuciones masivas entre ambos mandos, tomó la mano el CJNG contra los sicarios o estructura menor del mal llamado Cártel de Sinaloa, las autoridades esperan una respuesta por demás violenta a las 19 muertes.
No debemos olvidar que estas guerras intestinas de las organizaciones delictivas, se veían reflejadas en la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) reveló que demarcaciones de cinco estados aumentaron el nivel de inseguridad, según consideraciones de un amplio sector de la población que va del 86 al 94 por ciento de los entrevistados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Aunque en algunas zonas como Zacatecas, tienen una lucha abierta entre el CJNG y el Cártel de Sinaloa; en otras entidades como Guanajuato, Veracruz y Sonora la violencia va de la mano de uno de estos grupos criminales sin una disputa directa entre ambos, sino para el dominio territorial de intereses particulares.
Debemos recordar que, desde mediados de 2020 en Zacatecas, han resaltado constantes pugnas del Cártel de Sinaloa contra el CJNG, que busca expandirse en el norte del país. De enero a agosto del 2021 la entidad sumó 1,032 asesinatos, según datos del gobierno federal.
En el caso de Veracruz, el acoso de las células del crimen organizado en su momento de Los Zetas, tenían en jaque a los ciudadanos que fueron pasando de la inconformidad al miedo con el CJNG.
