Marissa Rivera.
Nos lo advirtieron y no hicimos caso.
Iniciamos el año con miles de casos de contagios por Covid.
La Organización Mundial de la Salud alertó “es mejor cancelar una fiesta, que cancelar una vida”, por el rápido contagio de Ómicron, en el mundo, pero principalmente en Europa.
Acá, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum rechazó cancelar los festejos en la capital, salvo el del 31 de diciembre, porque “no hay ningún indicador que alerte que los casos van al alza”.
¿Qué hicimos?
Pues nos quitamos el cubrebocas y festejamos. Nos reunimos con los amigos, estuvimos en desayunos, comidas, cenas, cumpleaños, en posadas y como si fuera poco y sin saber, si ya nos habíamos contagiado, estuvimos con nuestros familiares en las cenas del 24 y 31 y en los recalentados.
Qué más da. Estamos vacunados y para algo servirá la vacuna. Además, Ómicron no es tan letal.
La responsabilidad era nuestra y la dejamos ir.
Los contagios aumentaron en un 57 por ciento. Ayer regresamos a los niveles de septiembre pasado con 15 mil 184 contagios y ya son casi 300 mil muertos, según la cifra oficial.
Hoy, las farmacias que realizan pruebas de Covid, están saturadas. Los laboratorios que realizan las pruebas PCR dan citas hasta tres días después.
Y el gobierno insiste, no hay porque alarmarse. Ojalá así sea.
La administración de Claudia sheinbaum habilitó, apenas ayer, módulos de pruebas de antígenos Covid-19 en ocho de las principales plazas comerciales de la Ciudad. Además de los llamados macro kioscos, que por cierto, no se dieron abasto.
El doctor Francisco Moreno Sánchez, médico internista e infectólogo, Premio Nacional de Salud 2020 nos avisó, “estamos ante un escenario muy complicado”. Y pronosticó que a finales de la semana podríamos estar en 30 mil contagios, el doble de los contagios de ayer.
Alejandro Macías, médico internista, Zar anti influenza e investigador, pidió estar preparados para lo peor. El Ómicron, dijo, es tan contagioso como el sarampión. Hay que intensificar las medidas de sana distancia, cubrebocas, ventilación y vacunación.
Cuando las autoridades dicen una cosa y los especialistas otra, nos toca decidir en qué, parte de la estadística quisimos y queremos estar.
No pudimos con el hartazgo del encierro y de no poder estar con los nuestros.
Esta historia la vivimos a finales del 2020 y muchos de nuestros seres queridos, familiares, amigos y cercanos, ya no están. Quedaron asientos vacíos, huecos enormes y mucho dolor.
Hoy, las calles del centro de la Ciudad siguen a reventar, los centros comerciales también. Las fiestas aún no terminan. Falta la rosca de Reyes.
El tráfico es una locura. Pero aquí estamos, frente a un semáforo verde que invita a dejar el encierro y buscar la socialización que nos arrebataron, sobre todo a los niños y jóvenes.
Arrancamos el año con incertidumbre de saber si quien está a mi lado no está contagiado.
Y así tendremos que enfrentar ese 2022, con el deseo que sea un mejor año que el anterior, que tengamos salud, principalmente. Que a pesar de los retos que vienen encontremos la felicidad. Y por supuesto que tengamos éxito en nuestros planes.
Un abrazo y mis mejores deseos para este contagioso año que recién comenzó.
- sábado 23 noviembre, 2024 || 10:45 am