Por. Raúl Flores Martínez
La estrategia contra el crimen organizado que ha instrumentado el gobierno de la Cuarta Transformación, se puede calificar en los inicios de este 2022 como un rotundo fracaso que está generando cada día una decepción, si recordamos las interminables promesas de campaña del eterno candidato revolucionario, izquierdista y humanista López Obrador.
De acuerdo con el reporte diario del Gabinete de Seguridad del Gobierno Federal, el último día del 2021, se registraron 80 homicidios, lo que suma un total de 2 mil 274 personas que perdieron la vida por distintas causas a manos de la delincuencia común y crimen organizado en diciembre; es decir, un promedio de 73 víctimas al día.
Las falsas promesas del mesías tabasqueño, ese mismo al que le ven rasgos de santidad, prometió que, con los abrazos, no balazos, con acusarlos con sus abuelitas o mamás, los delincuentes comunes o sicarios dejarían de cometer sus crímenes, algo que valga la expresión, les ha “valido madre”.
Los estados que han concentrado el mayor número de homicidios dolosos, que no se distingue entre ejecuciones de los sicarios, enfrentamientos entre autoridades y células criminales o víctimas de un asalto en el transporte el 31 de diciembre, fueron Puebla, Jalisco, Guanajuato, Michoacán y Nuevo León.
El informe del Gabinete de Seguridad presenta una subestimación de las cifras, el mes pasado aumentaron 1.4 por ciento los asesinatos con respecto a noviembre en el que se contabilizaron 2 mil 242 víctimas.
Para dejar claro esto, las cifras son del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, datos que se le proporcionan al vacacionista Presidente que no le importa la inseguridad, ni el bienestar de los ciudadanos, mucho menos combatir a la delincuencia.
Las cifras que aportan diariamente las procuradurías y fiscalías del país al SESNSP, dejan en claro que diciembre con sus 2 mil 274, está ubicado como el noveno mes más violento del 2021.
Los datos oficiales son más que claros, el primer lugar lo ocupa junio, seguido de mayo, abril, marzo, febrero, enero, septiembre, noviembre y diciembre; entre las entidades más violentas se ubican a Guanajuato, Michoacán, Zacatecas, y Estado de México, que concentran el mayor número de muertes violentas.
Estos son los datos oficiales que no le interesan ni al Presidente López Obrador, ni a aquellos que lo alaban y santifican día con día. Cuándo será el día en que diputados, senadores y organizaciones civiles, dejen de andar de lamesuelas con el Presidente, queriendo congraciarse con el mesías y su consulta balín de revocación de mandato, y llamen a que se instrumente una estrategia seria de seguridad y no las malandronadas de “brazos, no balazos”.
Quizá esto suceda, cuando el crimen los alcance…