AL.- Fiel a su historia de convulsiones sociales y agitaciones políticas, América Latina vivió este año un proceso en el que se acentuó la polarización, se robustecieron los gobiernos autoritarios y crecieron las protestas ciudadanas, problemas a los que hay que añadir una frágil situación económica acrecentada por la pandemia.
El año estuvo marcado por una creciente polarización política en Chile -puesta de manifiesto en las elecciones presidenciales-, las frustradas negociaciones entre el Gobierno venezolano y la oposición, la inestable administración de Pedro Castillo en Perú, la reelección del nicaragüense Daniel Ortega en unos cuestionados comicios, las protestas sociales en Cuba y Colombia, y las crisis que sacudieron a Brasil, Argentina, Bolivia y Ecuador, entre otros países.
EFE