2021-2022: herencias y porvenir

Alejandro Rodríguez Cortés

Alejandro Rodríguez Cortés*.

Quizá para muchos pase un tanto desapercibido algo importante que nos dejó 2021 en México: un mayor equilibrio político y más contrapesos al gran poder presidencial de Andrés Manuel López Obrador.

El resultado de la elección intermedia es muy relevante, porque le quitó a Morena la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, además de que la oposición ganó y arrebató la mitad de las alcaldías en el principal bastión morenista del país: la mismísima capital de la República.

Año de pandemia, de vacunación esperanzadora, de campañas políticas, de comicios concurridos, de rebote económico primero y nueva desaceleración después, de alta inflación, de violencia, de migración. Demasiados frentes que acapararon la atención por encima del nuevo escenario que enfrenta la mal llamada Cuarta Transformación, cuyo plan era ratificar su avasalladora mayoría lograda tres años atrás.

Sí. El presidente de la República y su partido ganaron en 2021, pero no como querían. Ahora tienen un escollo más en la cámara baja si quieren llevar adelante modificaciones constitucionales.

Este año nos deja la sensación de que sí se puede contener la marea guinda. Por lo pronto, aunque la mayoría simple fue suficiente para pasar sin cambios el Paquete Económico 2022, ha debido quedar pendiente la discusión sobre la reforma eléctrica y el morenismo tiene que replegarse para acomodar sus fichas, con un Secretario de Gobernación más político y negociador que simple figura decorativa en la relación Palacio Nacional-San Lázaro.

El primer mandatario no solo mandó a su paisano Adán Augusto López a Bucareli, dándole mucho más peso del que tuvo su antecesora Olga Sánchez Cordero, sino dispuso también de Martí Batres para acompañar a Claudia Sheinbaum en el Palacio del Ayuntamiento capitalino. Uno trata de tejer fino y buscar sumar votos legislativos; otro hace el trabajo sucio en la ciudad de México para mantener a raya a alcaldes opositores y librarle el camino a una jefa de gobierno ya en plena y descarada campaña de promoción electoral.

Andrés Manuel López Obrador se mantiene en el terreno donde se siente más cómodo: el de los recorridos por todo el país para reforzar su apoyo en aquellos estados donde habrá elecciones de gobernador el próximo año. Sigue además con su estrategia de polarizar la vida pública del país y culpar a todo y a todos del evidente déficit en cuanto a resultados de gobierno se refiere: según la narrativa presidencial, la pandemia es causa única de la crisis económica; Felipe Calderón sigue siendo responsable de la violencia criminal y la corrupción de farmacéuticas explica el desabasto generalizado de medicamentos en el país. Por si fuera poco, la tragedia migratoria se debe a que no se aplican sus ideas asistenciales en Centroamérica.

Termina 2021 sin la seguridad de que el partido en el poder logre las firmas necesarias para convocar a un proceso de revocación de mandato -paradoja aparente de lo que en realidad quiere ser un referéndum de ratificación- y con una economía estancada acompañada de precios alcistas y sin control.

Esta virtual estanflación recibirá el Año Nuevo con Victoria Rodríguez Ceja al frente del Banco de México, y las dudas que ella genera en los mercados. Pero también 2022 despunta en el exterior con nubarrones grises de que la recuperación económica en Estados Unidos pueda disminuir su ritmo ante esperadas alzas en tasas de interés para contener el problema global de la inflación.

El próximo año pinta pues complicado. Más aún, para Andrés Manuel López Obrador y el inicio del tradicional declive sexenal que buscará paliar con un triunfo en 5 de 6 elecciones estatales y con un ejercicio de consulta popular aún en entredicho. Habremos de esperar resoluciones relevantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por ejemplo sobre el llamado “decretazo” que busca librar de fiscalización a la construcción pública de infraestructura, así como lo que suceda con la autonomía constitucional del propio Banco de México y del Instituto Nacional Electoral, bajo fuego del régimen.

En fin. Incertidumbre por las circunstancias y esperanza en nuestras instituciones y procesos institucionales.

Esta columna tomará una pausa por fin de año. Se volverá a publicar el próximo lunes 10 de enero de 2022. Mis mejores deseos para todos y todas ustedes.

 

*Periodista, comunicador y publirrelacionista.

@AlexRdgz

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