Raúl Flores Martínez.
Resulta que las autoridades de Sonora, no saben si el ataque contra el Comisario de la policía municipal de Guaymas, Andrés Humberto Cano, lo hizo el Cártel de Caborca que encabeza Rafael Caro Quintero.
Sin embargo, en las calles de Guaymas, los elementos de la policía municipal, saben que la organización criminal local denominada la “Plaza”, brazo armado del Cártel de Caborca, fue quien contrato a un limpiaparabrisas para que matara al mando policiaco.
Eso lo saben las autoridades, también que el Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Salazar, Cártel de Caborca y la Plaza, se disputan Guaymas, Caborca, el Valle del Yaqui y otros municipios más de Sonora.
También saben que el Valle del Yaqui, es utilizado para establecer laboratorios clandestino de metanfetaminas y drogas sintéticas, cómo el fentanilo.
También que las playas y el malecón de Guaymas, es utilizado para el trasiego de fentanilo y el traslado de precursores químicos para la elaboración de drogas sintéticas; además de los cotidianos cobros de piso y extorsiones a comerciantes establecidos.
Quizá las autoridades municipales y estatales, no se dieron o no se han dado cuenta de lo que esta pasando con las organizaciones criminales, que adoptaron la estrategia utilizadas por los zetas en Tamaulipas, la estrategia del miedo.
Esto se utilizo por años en Tamaulipas, donde visitaban a directores de medios de comunicación y periodistas para amenazarlos de muerte, si publicaban notas que no les convenía, pasaron de sicarios a editores.
Quienes hemos estado en Guaymas y San Carlos, Sonora, sabemos que hay un toque de queda ciudadano desde hace años en algunas colonias, para evitar ser presa del crimen organizado o daño colateral.
El crimen organizado, está desatado en Sonora, Zacatecas, Michoacán, Guerrero, San Luis Potosí, Jalisco, al parecer todos lo sabemos, menos el gobierno de la Cuarta Transformación, qué alguien les diga que el país está en llamas.
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