Carlos Arturo Baños Lemoine.
En la semana que concluye, dio inicio un período más de la liturgia feminista: del 25 de noviembre al 10 de diciembre, las feministas de todo el mundo, con la putrefacta bendición de la ONU, se dedicarán a esparcir su mitología con especial ahínco.
Ya lo saben, mis amigos: se trata de inocular en las mentes débiles la idea de que las mujeres han sido víctimas de la historia universal, víctimas de ese demonio llamado “patriarcado”; idea que sólo pueden sostener personas sumamente ignorantes de los grandes trazos de la evolución de la humanidad.
Obvio que muchos gobiernos y muchas burocracias se han tragado ese rollito y, por eso, el espectro público se vestirá de naranja: el feminismo ya cuenta con su versión oficialista a nivel mundial, gracias a la ONU.
Pero comencemos por lo elemental:
- La ONU y sus secuaces jamás ponen atención en la violencia que las mujeres ejercen sistemáticamente sobre las propias mujeres, a diario, todos los días; violencia que es mucha. Se trata, claro está, de incurrir en el reduccionismo consistente en colocar a las mujeres como “víctimas” y a los varones como “victimarios”. Dogmatismo dualista. Bipolaridad política. De otro modo, a las feministas se les cae el teatro y el negocio.
- Jamás se habla de la inutilidad del “moñito naranja”: moñito innecesario para los no-violentos e ineficaz para los psicópatas y sociópatas que ejercen violencia como forma de vida. Se trata, pues, de un gasto innecesario; dinero tirado a la basura.
- Nunca se habla de la violencia “feminicida” que las madres ejercen sobre sus propias hijas, cuando éstas son abortadas después del tercer mes de gestación. Recordemos que, apenas en septiembre de este año, nuestra Suprema Corte de “Inmundicia” de la Nación, al mando del Ministro Arturo Zaldívar Lelo “Gonorrea”, aprobó la despenalización del aborto en cualquier etapa de la preñez. Esto significa que las mujeres embarazadas pueden asesinar a sus propias hijas, no obstante que éstas ya sean “seres sintientes” con un Sistema Nervioso Central (SNC) ya formado. La Suprema Corte de “Inmundicia” de la Nación aprobó el absolutismo abortista. Todo un genocidio; un genocidio que no ha llamado la atención de la podrida Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Empecemos por esto, por el momento, pero ustedes ya saben, mis queridos amigos, que yo soy un pensador profundamente anti-feminista. Ya estaremos despedazando, a lo largo de estos días, a tan nefasta mitología.
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Esta videocolumna de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.