Por. Rubén Cortés
Por detrás del derrame de sapiencia sobre las claves del lenguaje corporal del presidente en la cumbre del T-MEC, estuvo el éxito de éste en firmar un acuerdo que incumple sistemáticamente, mientras sus críticos se entretienen en cómo entrelaza las manos.
El presidente rubricó un documento que dice: “Estamos determinados en que la democracia produzca un mejor futuro para todas las personas, creando las condiciones de prosperidad, sustentabilidad, seguridad, y equidad”.
Sin embargo, su gobierno es perseguidor confeso del órgano electoral encargado de garantizar la democracia (acaba de serrucharle cinco mil millones de pesos de presupuesto al INE) y apoya firmemente a los regímenes dictatoriales del continente.
Mientras los socios con los que suscribió el acuerdo desconocen a las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela, el presidente reclama un monumento mundial para Cuba, se niega a condenar al sátrapa Ortega y vota a favor del tirano Maduro en la OEA.
Tampoco garantiza “condiciones de prosperidad”, pues se negó a dar apoyos fiscales y aplazamiento de pagos a créditos o servicios a las empresas privadas, durante la pandemia, bajo la premisa de que “si van a quebrar que quiebren”.
El resultado de esa política gubernamental ha sido la quiebra de un millón 10 mil 857 de los 4.9 millones que había cuando inició la actual administración, según el Inegi; y el aumento de cuatro millones de pobres y la salida de la clase media de 6.3 millones.
También la “sustentabilidad” es otro incumplimiento notorio de este gobierno, que quitó 8.7 por ciento a los recursos para combatir el cambio climático en 2022, eliminó el Fideicomiso para el Cambio Climático y el Fondo Metropolitano de programas ambientales.
Ajá, mientras muchos miraban cómo se sentaba y apretaba los dedos, el presidente ya había firmado un compromiso con los mandatarios de estados Unidos y Canadá para “generar una recuperación económica verde, equitativa e inclusiva”.
Pero aquí endureció las leyes para las plantas eléctricas de energías renovables, eliminó todas las trabas para las centrales costosas y contaminantes, y busca renacionalizar el sector eléctrico y que el gobierno sea el único suministrador de energía eléctrica.
El documento dice que “compartimos una visión de seguridad”. Sin embargo, durante el actual gobierno van 103 mil 709 homicidios dolosos, que es igual a uno cada 15 minutos, 101 al día y a tres mil 51 al mes. Las cuatro cifras son las mas altas de nuestra historia.
O sea, incumple en México casi todo con lo que estuvo de acuerdo en Washington, delante de los mandatarios de Estados Unidos y Canadá. Hoy mismo, no condenará la pantomima electoral de Maduro ayer; mientras Biden y Trudeau la desaprobarán.
Es ése el verdadero lenguaje del presidente. El otro es para las gradas.