Carlos J. Pérez García.
Leo y escucho, una y otra vez, las mismas discusiones que sólo llevan a más y más engaños o confusiones. Creo, así, que no cae nada mal tratar de entender lo que significan algunas palabras que son cada día más utilizadas, como neoliberal o conservador, por un lado, y populista o comunista, por el otro.
Miren, unas clarificaciones serán de utilidad para acercarnos a un lenguaje común. No obstante, si la 4T es un símil de religiones dogmáticas, la fe ciega puede llevar a sus feligreses a cualquier punto … inclusive a defender una frustrante contrarreforma eléctrica y a menospreciar a las mujeres, las empresas, las universidades y el cuidado ambiental o los derechos humanos, pues el caudillo lo hace.
Todo se simplifica en exceso y se tuerce a la conveniencia de quienes quieren aleccionar o adoctrinar, con una vocación al maniqueísmo de ‘buenos’ (nosotros) contra ‘malos’ (los otros). Veamos, en síntesis:
Neoliberal viene a ser una de las palabras que generan más confusión o ambigüedad: en la política mexicana ha sido revivida, reinventada y abusada hasta el choteo. Originalmente parecía asociarse a un esquema económico liberal que con diversos grados de éxito se aplica hoy en todo el mundo (excepto Venezuela y Corea del Norte), pero al politizarse se vuelve una encarnación de la maldad y la corrupción privatizadora, sobre todo de los “ricos” más instruidos y de talante conservador.
El término Conservadores es aquí un traslado directo de los del siglo XIX, como contrarios a los liberales (Benito Juárez); se nos explica que quieren “conservar” lo que tienen (privilegios, riquezas), mientras los otros buscarían cambios… pero eso de “liberales” quedaría muy lejos de quienes pretenden serlo en la 4T (se oponen al libre mercado y a la libertad de expresión o pensamiento, aparte de que rechazan ‘más sociedad y menos estado’). Se dicen liberales porque no buscan conservar lo actual, pero sí regresar aún más atrás.
En cuanto a Populista el mandatario ha señalado que, si ayudar a los pobres significa serlo, entonces él lo es a mucha honra. Pero, ojo, un populachero si acaso promete e incluso simula que “ayuda” a los pobres (como Perón, Chávez o Echeverría) y lo puede hacer en los hechos de manera burda y temporal, aunque a la larga son perjudicados por sus políticas torpes y contraproducentes. Esta demagogia se hace ahora evidente en el gobierno mexicano (retórica y reparto amplio de dinero) con elementos de estatismo y nacionalismo en una era de globalización.
Comunista o socialista se ha vuelto una acusación contra la transformación planteada porque algunos caen en ese discurso, pero estrictamente ya no existen países con dichos sistemas, y menos los va a haber en México. Son doctrinas que están en la historia e implican un nivel superior al populismo actual, que puede ser muy popular por un tiempo… si se tiene dinero.
Otras palabras riesgosas serían soberanía, rectoría, igualdad, justicia… en líneas similares. Todo lo anterior nos ayuda a ubicar mejor tantas discusiones estériles y moralistas o demenciales, así como a enderezar ciertas rutas que han resultado erróneas. Si se quiere entender, claro.
* PARA ESTE MARTES 9 el presidente nos ha amenazado con que va a hablar en la sede de las Naciones Unidas, sobre sus logros en materia de corrupción e impunidad estos tres años de gobierno. Por su bien y el de todos, esperemos que escuche a sus asesores y representantes allá y acá, quienes lo podrán ayudar mucho si consiguen que sólo lea algo sensato (sin pañuelos blancos como símbolo de erradicación).
Viene al caso precisar que será una reunión del Consejo General de la ONU, integrado por 15 países miembros: 5 permanentes (China, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Rusia con derecho a veto), así como 10 no permanentes que cambian cada dos años (incluido México de 2021 a 22, que lo preside este mes). No se trata ahora del Pleno de 193 naciones, aunque el Consejo toma las decisiones más importantes.
Fíjense que, en su precampaña, el Canciller mexicano ha dicho que el viaje “dejará huella” porque se va a hacer un análisis novedoso de las causas de los conflictos del mundo: cómo se relacionan, por ejemplo, la pobreza y la corrupción. Pareciera que confunden este foro con un espacio de proselitismo, además de que aún perturban las insólitas tesis presidenciales ¡contra los derechos humanos, el feminismo y el medio ambiente como pretextos “neoliberales” para facilitar la corrupción!
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