Raúl Flores Martínez.
Qué tanto daño generan los gobiernos en México, sin importar su bandera política con las malas estrategias de seguridad que sus ciudadanos, están sedientos de algo llamado justicia.
Ayer publiqué en el periódico Excélsior una entrevista con un ex elemento de la Armada de México que castigaba a los sicarios del Cártel del Golfo de diferentes maneras, castigos que hizo que algunos de los líderes de plaza de esta organización criminal fueran abatidos.
Esta nota generó muchos comentarios a favor de este personaje, esto demuestra que la sociedad está ávida de justicia, de vengadores anónimos que hagan justicia por propia mano ante la ineptitud de las autoridades.
Lo hemos visto en el transporte público con los asaltos diarios, con la famosa frase de esos delincuentes de poca monta “Ya se la saben raza”, una frase que frustra a todos los pasajeros que se levantan desde temprano para trabajar 12 horas y tres de trayecto a casa o trabajo.
Cuánto Marinos Lokos, Thor o Señor del Martillo, se necesitan para aplicar la justicia contra los delincuentes, contra esos sujetos que no conocen los derechos humanos; sin embargo, cuando los detienen o golpean, gritan y lloriquean por sus derechos humanos.
Cuánto daño han hecho los gobiernos en México, sin importar la bandera política para que la sociedad, le eche porras a un vengador anónimo, para protegerlo y sobre todo para tenerlo cómo una bandera de justicia pronta y expedita.
El fracaso de las estrategias de seguridad, se vienen arrastrando desde hace más de dos décadas, PRI, PAN y Morena, tienen la misma línea, dejar un espacio, dónde el crimen organizado, pueda operar a sus anchas con sus miles de desaparecidos y ejecutados.
Hoy la sociedad mexicana, está ansiosa de querer justicia contra los delincuentes, justicia sin importar los métodos de quién la aplique, sin importar quién la aplique.