México.- El Movimiento Cristiano Conservador Latinoamericano-México realizó un llamado internacional hace unos días en busca de apoyo y solidaridad a la lucha provida que vivimos actualmente en nuestro país. La respuesta provino de cerca de 10 naciones, que respaldan las marchas de este 3 de octubre, a favor de la vida y la familia.
Líderes y organizaciones provida y profamilia, así como también miembros de nuestro movimiento, se manifestaron afuera de las embajadas o consulados de México en sus países, o bien, en plazas y calles, mostrando que la lucha de México es acompañada, no camina aislada, y tiene eco más allá de nuestras fronteras.
España, Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Bolivia, Venezuela, y Uruguay son los países que realizaron manifestaciones pacíficas y enviaron mensajes a favor de la defensa de la vida y la familia, contra la legalización del aborto en México, contra el fin del derecho a la objeción de conciencia, y en respaldo al Movimiento Cristiano Conservador Latinoamericano.
La agenda globalista del progresismo, la que defiende y promueve la cultura de la muerte, la que impulsa falsos derechos –derechos fake-, como el mal llamado “derecho al aborto”, o el “derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo” -cuando no se trata de su cuerpo, sino de otro cuerpo, del cuerpo de un nuevo ser humano en formación-, se extiende por desgracia en nuestro continente, y por ello nuestra respuesta debe ser también continental y contundente.
El derecho a la vida es el primero y más importante de todos los derechos, y el gobierno mexicano debe garantizarlo para todos, sin excepciones, sin discriminar a los bebés en gestación, cuando son más vulnerables.
En México la gran mayoría de la población es provida y se opone al aborto. Basta ver las estadísticas de cerca del 80% de católicos y de un 11% de cristianos que conforman la demografía de nuestro país, para entender que las resoluciones de los 11 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) atienden no a una realidad social, sino a la agenda del marxismo posmoderno, a la ideología progresista impuesta desde el exterior en connivencia con el gobierno federal y de Morena.
En una lectura de liberalismo clásico, los derechos humanos son universales, progresivos e interdependientes. No pueden existir “derechos” que sólo sean para algunos, por lo que los “derechos de las mujeres” son exactamente los mismos que los de los hombres.
Además, los derechos tampoco pueden entrar en contradicción con otros, por lo que el “derecho de la mujer a decidir sobre su vida” como lo han referido algunos ministros de la SCJN -que no es sino un eufemismo de abortar-, anula el derecho a la vida de otras mujeres, las bebés que se forman en el seno de sus madres.
México vive tiempos oscuros en los que 11 ministros, constituidos como la “dictadura de la toga” mexicana, imponen criterios y antecedentes legales basados en una hermenéutica ideologizada, sin que la sociedad mexicana exija de ninguna manera la legalización del aborto. Los ministros actúan más como militantes del “trapo verde” que como defensores de los derechos humanos plasmados en la Constitución.
Los ministros de la SCJN no tienen sustento social para imponer sus criterios, por lo que miles de agrupaciones provida nos hemos movilizado, de la mano de la Iglesia Católica, en más de 50 ciudades del país, para marchar este domingo 3 de octubre refrendando los valores tradicionales de México y de Occidente.
No nos detendremos hasta que los derechos humanos sean plenamente respetados en México..
Con información de Raúl Tortolero.
Presidente del Movimiento Cristiano Conservador Latinoamericano-México.