Rubén Cortés.
Entre tantas políticas de Estado para ser independiente de la Casa Blanca, este gobierno escogió votar en foros internacionales a favor de los enemigos de Washington. Pero aceptó servirle de policía abusador contra quienes buscan en Estados Unidos una vida mejor.
Una decisión de Estado gris y amarga, que perseguirá en la historia (y en las conciencias individuales) al grupo político que manda hoy en México. Porque su decisión de Estado conlleva golpizas, encierro y extorsiones a los migrantes. Las escenas se ven a diario.
Sin embargo, vota a favor de las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, que es desde donde más huyen seres humanos para (vía México) llegar a Estados Unidos, por la miseria y falta de libertades en esos países, a favor de los cuales vota México.
Estados Unidos vota en contra de esos gobiernos y México vota a favor. O sea, México es independiente de Estados Unidos en eso. Pero es dependiente de Estados Unidos sirviéndole de muro contra quienes abandonan esos países por hambre. Es nefasto.
También es inmoral, pues el presidente se congratula de que los migrantes mexicanos en Estados Unidos están salvando la economía mexicana: “Nuestros compatriotas son auténticos héroes”, dijo antier.
Sin embargo, ese mismo día su gobierno tuvo que cesar a funcionarios de Migración por patear en la cabeza a migrantes que fueron cercados y servidos en bandeja por militares, para que los funcionarios los patearan en la cabeza.
En 2019 y 2020, México aceptó ser policía migratorio de Donald Trump para que éste no le impusiera aranceles al acero mexicano en Estados Unidos; en 2021, México acepta ser policía migratorio de Joe Biden para que le regale vacunas contra el Covid-19.
Pero eso es degradante. México no necesita vacunas gratis de Biden. Menos aún a cambio de perseguir a las personas más pobres humilladas, ultrajadas desmoralizadas, que son los migrantes. México puede comprar las vacunas. Le sobra dinero para eso.
El propio presidente dijo el miércoles que, en tres años, ahorró 1.4 millones de pesos por austeridad de su gobierno. Caramba ¿No puede gastarlos en comprar las vacunas a Estados Unidos, en lugar de aceptárselas como donaciones?
Eso sí sería una independencia honorable, y no la de apoyar a los regímenes dictatoriales que expulsan migrantes de sus países y los obligan a cruzar México. ¿Valen 10 millones de vacunas donadas apalear migrantes? No. En todo caso, es poco edificante.
Porque esos migrantes maltratados y retenidos por México, sólo quieren hacer con sus familiares lo mismo que los paisanos que elogió el miércoles el presidente: envío de dinero en efectivo a parientes para ayudar en el día a día.
Defenderlos sí sería respetable.
Más que defender a Maduro.