Rubén Cortés.
Con el pan casi agotado (la tortilla tiene el precio más alto desde 2009) porque hundió la economía, el gobierno empieza a fortalecer el circo, que relanzó funciones con la orden de meter preso 30 años a Ricardo Anaya, y la citación a un ex alto mando de Pemex.
El circo incluye también la idea de liberar a narcos tristemente famosos, pues a muchos seguidores les fascina el mundo del crimen, edulcorado por ideólogos del gobierno en telenovelas que presentan a los narcos como guapos, ricos, poderosos y osados.
Y sí, Ricardo Anaya ha puesto por ahora al gobierno como guajolote bailando sobre zinc caliente, al exhibirlo como perseguidor y pidiendo trato de acusado similar al de dos hermanos del presidente, grabados recibiendo dinero en efectivo.
Sin embargo, Ricardo Anaya está fuera del país y pronto será prófugo de la justicia: y para gobernantes como el de México, Maduro, Ortega, Díaz-Canel, Evo Morales… el mejor crítico es el crítico exiliado. Sobre todo, perseguido con una orden judicial.
Lo dicta el manual de regímenes de pan y palo: cuando se acaba el pan, muestra el palo y monta el circo. Y para el gobierno en México, con cinco millones más de pobres y sin mayoría legislativa absoluta, llegó el momento del palo y el circo.
A este desastre llega un gobierno que, sin embargo, tuvo todo lo que decía necesitar para conseguir cumplir sus promesas de campaña de transformar a México en un país mejor, con la economía creciendo seis por ciento, la medicina como Dinamarca…
Un cataclismo, a pesar de que, en los últimos 29 meses, tuvieron, e hicieron, todo lo que quisieron:
–Manejaron un presupuesto de seis billones 295.7 millones de pesos como un tendero maneja una tienda, a través de la Ley de Austeridad
–Violaron a placer la separación de poderes constitucionales
–Regalaron a sus seguidores 304 mil millones de pesos, aparte de los billones de la Ley de Austeridad
–Han tenido unas 700 mañaneras pulverizando adversarios, la UIF persiguiéndolos
–Desaparecieron instancias públicas y 109 fideicomisos
–Convirtieron a la mayoría de los medios en boletines oficiosos
Y lo que lograron fue el deterioro del país: en 2018 había 87 millones de mexicanos con acceso a alguna institución pública de salud, y hoy son apenas 14.7 millones, y 66.6 por ciento de la población considera que es inseguro vivir en su ciudad.
Después de incumplir casi todo lo que prometió, y de perder en las elecciones intermedias la mayoría legislativa absoluta que tenía, tenemos un gobierno debilitado, que busca ahora recuperar fuerza moral metiendo enemigos a la cárcel.
Aunque ayer le subieron la parada moral
“Voy al reclusorio si también van tus hermanos”.