Raúl Flores Martínez.
La estrategia de “los abrazos y no balazos”, han permitido una oleada de violencia en los estados de Zacatecas y Durango que están generando nuevamente pueblos fantasmas ante el incremento de ejecuciones, enfrentamientos y secuestros.
Las autoridades del Gobierno Federal, en especial la Guardia Nacional, corporación del fracaso de la Cuarta Transformación, no han podido frenar esta oleada de violencia en algunos estados que sufren del efecto cucaracha del crimen organizado.
No es un secreto que el Cártel Jalisco Nueva Generación con apoyo gubernamental, municipal estatal y Federal, se ha expandido en el país en la lucha a sangre y fuego por apoderarse de estados completos para cometer sus delitos que van desde el secuestro, trasiego de droga, narcomenudeo, cobro de piso extorsión, etc.
La lucha ahora se concentra en los límites de Durango y Zacatecas, plazas que eran del Cártel del Pacífico que son defendidas por los brazos armados de esta organización criminal, en especial el brazo armado denominado “Los Cabrera” que, en su momento, fue un proveedor importante de heroína y marihuana para el Cártel de Sinaloa en Durango desde 1996.
Este grupo criminal encabezado en la actualidad por José Luis Cabrera Sarabia, se dedica al cultivo de marihuana en la zona serrana de los dos estados, además de que inteligencia militar, ha detectado el uso de armas bélicas en los enfrentamientos con las células del CJNG.
Estas luchas intestinas entre los dos grandes cárteles de las drogas del país, ha traído zozobra y miedo entre los pobladores de estos estados, debido a que sus jóvenes son utilizados como carne de cañón en los enfrentamientos, al ser secuestrados para formar las filas del sicariato.
El silencio que se tiene en estas entidades, es por miedo, por las amenazas de las organizaciones criminales a los compañeros de la prensa, a los ciudadanos que no hablan por temor a ser ejecutados o ver a sus hijas ser violadas por los malandros que se envalentonan con la droga y las armas de grueso calibre.
Lo habíamos dicho hace un par de años, hoy lo escribo de nuevo. La estrategia que impulsa el Presidente Andrés Manuel López Obrador de evitar la lucha contra las organizaciones criminales, lo único que está haciendo, es que los estados, se conviertan en una olla exprés que no tardan en explotar.
Ejemplos Michoacán, Guerrero y Chiapas con sus denominadas guardias comunitarias, asesoradas y financiadas por un grupo criminal, en unos meses Durango y Zacatecas, seguirán el mismo camino de un autogobierno ante la incapacidad de las autoridades federales de dar algo llamado seguridad.
