Rubén Cortés.
“No están dispuestos a ganar por si mismos. Les dimos todos los medios que pudieran necesitar. Les dimos las oportunidades de pelear por su propio futuro”. Lo dice Biden. Que lo oigan Guaidó, en Venezuela; la disidencia en Cuba; el electorado mexicano del 24.
Un mensaje para quienes armar o aceptan despelotes, y luego dicen: “Los gringos no aceptarán esto; pondrán un alto; ¿cómo crees que van a admitir este sistema a 90 millas, en el país con más petróleo, en su mera frontera?” Pues sí: lo aceptan.
Al justificar la salida de las tropas de Afganistán, Biden criticó a las fuerzas locales por no combatir a los talibanes:
“Los estadounidenses no tienen por qué pelear y morir en una guerra donde las fuerzas locales no están dispuestas a ganar por si mismas. Les dimos todos los medios que pudieran necesitar. les dimos las oportunidades de pelear por su propio futuro”.
Quitando lo de “no tienen por qué pelear y morir en una guerra”, el resto de la declaración encaja en el caso de la oposición venezolana, a la cual Washington ha dado hasta un “presidente encargado”, que es aceptado por más de 50 países.
Juan Guaidó fue escogido por Washington para encabezar la transición a la democracia, tras dos décadas sin elecciones libres, sin ganar más que una diputación ¿Qué más puede hacer Estados Unidos? ¿Qué más le puede pedir la oposición a Estados Unidos?
Pero Guaidó no pudo movilizar a los venezolanos. Y un helicóptero de marines no se llevará a Maduro en calzoncillos y lo dejará en Managua, como como hicieron los militares hondureños con el presidente chavista Manuel Zelaya en 2009.
Al contrario, Maduro está más fuerte y será candidato para un nuevo periodo en 2025, lo cual lo mantendría en el poder hasta 2031. ¿Qué Venezuela está destruida y no aguanta? Sí: la gente se acostumbra a todo. Miremos Afganistán. Miremos Cuba.
Por eso el mensaje de Biden a propósito de Afganistán es que cada quien en sus países pelee por su propio futuro. A Guaidó ya lo obligó a sentarse a negociar con el régimen de Maduro, a hacer y aceptar concesiones. Trump nunca sentó a Guaidó a negociar.
O sea, es el fin de Guaidó, como fue el fin de los afganos, bajo la nueva premisa de Estados Unidos: “Les dimos todos los medios que pudieran necesitar. Les dimos las oportunidades de pelear por su propio futuro”.
A eso hay que sumar que, en la visión del mundo, el equipo de Biden es “conservador, gris, carente de imaginación y de audacia”. Y lo escribe Jorge G. Castañeda, que a eso le sabe.
Así que…
A rascarse con sus propias uñas.