Carlos Arturo Baños Lemoine.
Este fin de semana, nos enteramos de una terrible noticia para la historia de Occidente: El Talibán volvió a tomar el poder gubernamental en Afganistán; esto después de que EEUU, al mando del inepto presidente demócrata y católico Joe Biden, ratificara la reducción de la fuerza militar de los EEUU en Afganistán.
Estamos hablando de El Talibán, la más fanática versión del Islam en nuestros días. Como tal, El Talibán es una de la peores amenazas para el Occidente de nuestros tiempos: El Talibán es enemigo de la democracia en lo político, del libre mercado en lo económico, de la libertad de prensa en lo mediático y de la laicidad en lo religioso, es decir, El Talibán es enemigo de los grandes baluartes de la civilización occidental en la Edad Moderna.
Tras el ataque terrorista a las Torres Gemelas (2001), los EEUU lograron desactivar esta amenaza; pero los “nuevos aires” de pseudo-tolerancia de Joe Biden han permitido que grupos extremistas de todo tipo vuelvan a fortalecerse. El imperialismo norteamericano se ha replegado en Medio Oriente y, en consecuencia, fuerzas retardatarias están alterando peligrosamente el mapa de la geopolítica.
En Afganistán, en estos momentos, impera una funesta combinación de las tradiciones pastunes y del fanatismo talibán. En consecuencia, sobre las mujeres afganas se percibe una densa nube negra.
Y aquí vale la pena apelar a la actual experiencia afgana para plantear un problema y lanzar un reto, ya que la reciente realidad afgana se ha convertido en un “experimento social”, en un “laboratorio social”.
Con ánimo de provocación, y para exhibir la mediocridad inherente a la mitología feminista, hay que preguntarnos lo siguiente: ¿en dónde están las brigadas feministas internacionales para “liberar” a las mujeres afganas del régimen opresivo de El Talibán?
Se trata de un extremoso y fanático régimen “machista, misógino, patriarcal, falocrático, androcéntrico y bla bla bla”, que se traduce en un calvario para las mujeres afganas. Por ello, necesitamos de brigadas feministas multinacionales que vayan a batirse en armas contra los talibanes: no hay otra vía de liberación para “las hermanas” afganas, ¿o sí?
En esto, las feministas de todo el mundo deben proceder como, en su momento, lo hicieron los comunistas. Éstos formaron “brigadas internacionalistas de solidaridad proletaria”. Las feministas deben hacer otro tanto, mutatis mutandis. ¡Ah, y por supuesto que pueden incluir en sus filas a los varoncitos castrados de las “nuevas masculinidades”!
Así que necesitamos “mujeres empoderadas con perspectiva de género” para que vayan a liberar a las mujeres afganas del “patriarcado talibán”. ¿O acaso se quedarán esperando a que el “machista, militarista y patriarcal” imperialismo yanqui haga de nuevo esta tarea?
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Esta videocolumna de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.