Carlos J. Pérez García.
Hace mucho descubrí los libros y los esplendores de la lectura, en los primeros años escolares y con la biblioteca de mi padre. Luego, un tema o género suele llevar a otros y las demandas de la educación formal marcaban textos y rutas dominantes, hasta que las exigencias de la especialización (Econometría, digamos) o del trabajo me dejaban menos tiempo para el placer de la ficción y la poesía.
De pequeño, oigan, me atraía tanto la literatura que incluso traté de ir más allá y volverme “escritor” de cuentos o novelas. Con buena letra de molde dedicaba horas y horas a redactar variantes de libros o películas que había disfrutado, pero se parecían demasiado a los guiones o párrafos que me inspiraban (eran como plagios, aunque les cambiara palabras y giros). Volví así al papel de lector con excepción de mis notas, artículos y ensayos, o un poco de poesía en la adolescencia.
Mis áreas favoritas han sido Historia, Geografía, Novela, Biografía, Economía, Política, Derecho, Administración, Cuento (novela corta) y Ensayo o algo de Poesía, con sus múltiples ramificaciones e intersecciones. La ficción en español o inglés ha tenido que ser muy selectiva: lujos prometedores y a veces agradecí a mis cercanos que leyeran ciertos libros y luego ¡me los platicaban o los veía en el cine!
Para mí, claro, la lectura viene a ser un goce sin ninguna ideología, pero eso no quita que en ocasiones resulte obligada y menos agradable. Esto nos lleva a la reciente escaramuza a partir de las declaraciones leídas por un cuestionado funcionario que originalmente fue recomendado desde el antiguo palacio virreinal.
La estupenda respuesta del agregado cultural en nuestra Embajada en España, Jorge F. Hernández, provocó su cese inmediato hasta con mentiras oficiales. Vale la pena leer su fino y punzante articulito en Milenio diario e, igual, ya me pondré a explorar los libros que ha escrito.
Sugiero que leamos y gocemos sin recatos o escrúpulos, aunque en ciertas ocasiones le debamos entrar a algo menos atractivo que sería más útil en forma directa, pero sin fanatismos ni obsesiones que evoquen las letales culturas de Mao, Stalin o Hitler, que buscaban rehacer la historia. Hay, por otra parte, libros pésimos o negativos e incluso algunos pueden hacer bastante daño, si bien dominan los positivos o benéficos sobre todo si vemos al libro como compañero y con una buena actitud.
Hay políticos que “escriben” libro tras libro (¿a cuántos llega este septiembre?). Y se deben dar cuenta de que, si quieren ser mejores o más eficaces, tienen que leer más y escribir menos… se aprende mucho más al escuchar o estudiar, que al hablar o comunicar. Así es, señor, aunque pierda popularidad.
Me ha cautivado lo editorial, mientras que ahora son más las opciones con la tecnología y el internet: libros electrónicos, buscadores, servicios a lectores, envíos de datos y materiales… Sin embargo, este escribano todavía es partidario del papel cuando está al alcance. Miren, disfruto el olor del libro nuevo (y lo puedo subrayar o anotar a mano en el margen), al igual que el significado y la textura de un volumen viejo o antiguo.
En fin, la función de librero me resulta también muy atractiva y respetable: los mejores lugares para travesear me parecen las librerías y los parques. Es ahí donde aún aspiro a estar sin límites ni complejos, dado que he leído muchos menos libros de los que debía.
* OJALÁ YA NO TARDEN tanto las determinaciones del INE y el Tribunal Electoral (TEPJF) para culminar el proceso electoral en que Ricardo Gallardo Cardona fue elegido Gobernador de San Luis Potosí. Que se retrase más no es bueno para el nuevo gobierno que necesita certidumbre y tiempo, tampoco para el estado por razones similares y de continuidad de programas ante escenarios muy diversos (inclusive una anulación de la elección y sus duras implicaciones), junto a otras urgencias.
Esperemos que se diluyan y superen las presiones sobre ambos órganos autónomos, para que puedan trabajar con estabilidad en todos sus pendientes y las tareas que se adicionen (como la consulta de revocación que el Ejecutivo Federal busca en desafío a quienes lo quieren ya fuera y así seguir en campaña personal). El triunfador en la elección potosina requiere que no quede duda de su disposición para llegar a la verdad, lo cual le podrá facilitar un gobierno legítimo y más eficaz.
Estaremos atentos… incluso para apoyar si algo viene al caso. Veámoslo, eso sí, con optimismo.
@cpgarcieral
