México.-El Estadio Nacional de Japón volvió a ser el escenario, ahora para el acto de clausura de las XVII Olimpiadas, donde el emperador, nuevamente acompañado de la comitiva de dirigentes del máximo organismo deportivo. El presidente del Comité Olímpico Internacional declaró el fin de los juegos organizados por el país nipón, mientras la llama olímpica se apagaba lentamente.
Así lo informó Excélsior en su extra de Últimas Noticias, “Los atletas que se hallaban formados en el campo, fueron rodeados por unas 2,000 muchachas estudiantes, cada una llevando una antorcha. A las 17:40, los abanderados y los atletas dejaron el estadio, por dos puertas, terminando la clausura de los 18”. Mientras tanto, los letreros electrónicos del estadio invitaban a la próxima justa deportiva a celebrarse en México 1968, ante un estadio lleno de júbilo y aplausos.
“Apenas una hora después de comenzadas, terminaron las ceremonias; el Emperador y la Emperatriz salieron, y una gran exhibición de fuegos artificiales iluminó el cielo de Tokio”, se puede leer en las páginas de Excélsior.
Los Juegos Olímpicos de Tokio fueron catalogados como un éxito en los que Japón dio muestra de su capacidad para levantarse de la tragedia. Más de 7 mil atletas participaron en aquellas Olimpiadas que estaban marcadas por las cicatrices de una de las guerras más cruentas en la historia de la humanidad.