Isaías Villa González*.
El próximo sábado 24 de julio se llevará a cabo la Marcha denominada #QuimiosSí, a la que convocan organizaciones de padres y madres de niños con cáncer, y otras organizaciones de grupos vulnerables, como mujeres con cáncer y población LGBT+.
Las opiniones sobre la problemática, y las reacciones a esta iniciativa han sido diversas: el presidente López Obrador dijo el 29 de junio que “tienen los padres de los niños todo el derecho a exigir, a manifestarse,… queremos que tengan sus medicamentos, y que ya muy pronto lo vamos a lograr”. Antes, el subsecretario Hugo López Gatell manifestó en una entrevista del programa ChamucoTV que el tema de la escasez de medicinas para niños con cáncer eran más bien parte de una “narrativa golpista”. En las redes, los seguidores del oficialismo morenista han reivindicado esta última postura, y vituperado la lucha y exigencia de los padres de familia, con la excusa de que “se quiere golpear al presidente AMLO”. ¡Como si los niños se enfermaran y muriesen por gusto!
En contraparte, un cúmulo de organizaciones y personas, hemos manifestado nuestra solidaridad con el movimiento, sus demandas e iniciativas; aunque quizás de manera insuficiente, y en muchos casos de forma reactiva y con poca claridad.
La realidad está ahí, cruda e implacable: el desabasto de medicamentos para niños con cáncer ha propiciado que, durante lo que lleva AMLO como presidente, hayan muerto más de 1 600 de ellos por falta de tratamiento. Además, la carencia de medicamentos ocurre para pacientes con múltiples enfermedades, y la atención y el estado de los servicios públicos de salud en general son catastróficos; ello es anterior al COVID19, y se vio agravado con la pandemia.
En enero de 2020 AMLO anunció la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), que entre otras acciones sustituyó al Seguro Popular y terminó con el esquema de adquisiciones de medicamentos del sector público. Como suele justificar, dijo que era para abatir la corrupción y para “garantizar que no falten médicos, medicinas, atención, medicamentos gratuitos”. Desde octubre de 2018, ya electo, López Obrador había comprometido que México tendría “un sistema de salud como Canadá, Inglaterra, Suecia, Dinamarca, Noruega”, lo cual reiteró luego, varias veces, poniendo inclusive como plazo el 1º de diciembre de 2020.
Ni el más fanático y alienado de sus seguidores podría decir ahora que lo logró. El INSABI no ha dado cuenta de los 200 mil millones de pesos de Presupuesto manejado. El 75% de compras las han realizado por “adjudicación directa”, sin licitación pública, y en no pocos casos a las mismas empresas señaladas de corrupción. No existen obras de infraestructura, adquisición e instalación de equipamiento médico, grupo de trabajo, planes que vayan en aquél sentido. Cierto que la pandemia de COVID19 obligó a concentrar esfuerzos en su atención; pero ahí también ha quedado de manifiesto la irresponsabilidad e ineficiencia, que ha costado al país más de medio millón de vidas.
De manera que existen suficientes razones para protestar contra la ineficiencia del gobierno de AMLO, para exhibirlo como demagogo e incumplido; pero sobre todo para salir a reivindicar valores y causas. Necesitamos expresarnos quienes creemos en la SALUD COMO UN DERECHO CONSTITUCIONAL, establecido en el Artículo 4º de la CPEUM, así como en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Artículo 25º ). Quienes creemos en el HUMANISMO como aspiración de bienestar general, basado en el progreso social, la ciencia y el derecho; y en su valor LA EMPATÍA, virtud de las personas para asumir benevolencia y conmiseración con los semejantes en general, particularmente los desvalidos; no la pena escogida, interesada, oportunista de quienes han lucrado con la desgracia para tener poder. Acudamos a la marcha.
*Isaías Villa González. Fundador y Consejero Nacional del PRD.