Raúl Flores Martínez.
Por años la organización de comerciantes ambulantes de Alejandra Barrios en el centro histórico de la Ciudad de México, le dió votos, comida y dinero a diversos regentes y delegados.
Era tal la fuerza que tenía en la movilización de sus agremiados que el propio Marcelo Ebrard, la consultaba y pedía su apoyo cuando era jefe de Gobierno.
Con base en cuotas de sus agremiados, Barrios Richard construyó su imperio de ambulantes y después de plazas comerciales, de la que fue beneficiada en la administración de López Obrador cuando estaba al frente de la Ciudad de México.
El declive de la Asociación Legítima Cívica Comercial, creada por está lideresa se dió con su detención en el municipio de Tlalnepantla, Estado de México en 2003 por supuestamente haber participado en una trifulca entre comerciantes de la calle República de Bolivia en el Centro Histórico, donde falleció Jorge Ramírez Espíndola, esposo de María Rosete, lideresa de comerciantes en Tepito.
La versión de haber disparado un arma de fuego contra Ramírez Espíndola fue desechada con la declaración de un periodista que para suerte de Alejandra Barrios, la estaba entrevistando en el momento de la trifulca y homicidio de la lideresa de ambulantes de Tepito.
Ese periodista que actualmente escribe en el periódico Excélsior, fue el testigo principal de la defensa de la líder del comercio informal, quien presentó su testimonio y la grabación de la entrevista, donde se escucha de fondo la trifulca y los disparos a lo lejos.
Está grabación realizada en un cassette fue entregado al juez como prueba, analizado por los peritos que concluyeron que Alejandra Barrios, nunca participó en dicho homicidio, fue liberada en 2005.
Durante los dos años que estuvo en prisión, su hija Graciela Coronel Barrios, se hizo cargo de la organización de ambulantes con la que logro que el entonces gobierno del Distrito Federal, le diera varias plazas comerciales.
Dos años, donde los hijos de Barrios Richard, iniciaron una disputa para quedarse con esta organización que deja miles de pesos de ganancias en cuotas de los agremiados.
Ahora con su encarcelamiento domiciliario, se cierra un capítulo de una de las líderes que apoyó al PRI en sus mejores épocas y hoy cae al no darle el respaldo a Morena en la Ciudad de México.
Nadie niega el secreto a voces, la detención de su hija Diana Sánchez Barrios y de la propia Alejandra Barrios, es una venganza por no apoyar algunos candidatos de Morena que perdieron las alcaldías, una venganza a la vieja escuela del PRI.
