Rubén Cortés.
Ya con la clase media noqueada (10 millones de clasemedieros pasaron a ser pobres desde 2018) el gobierno liquidará a las organizaciones no gubernamentales para acabar de desdentar a la sociedad civil que le ganó la elección en la CDMX.
Porque esos 10 millones expulsados de la clase media ya no pueden pensar por sí mismos a la hora de votar, pues pasaron a depender de las dádivas del gobierno, y tienen que regalarle su voto al gobierno, como única manera de sobrevivir.
Con las ONGs sucede igual: ya el gobierno empezó a criticar el sistema fiscal que permite a las empresas deducir impuestos si hacen donativos a las ONGs: ayer quejó de que por ese motivo dejó recaudar 88 mil 792 millones de pesos.
La estrategia, sacada del librito castrochavista-orteguista que sigue este gobierno, es que todo el dinero que llegue a la sociedad civil tiene que llegarle del gobierno, para que tener del cuello a quien lo recibe.
Es el mandamiento primero de este tipo de gobiernos: “El problema que habría que entender es que, cuando sacas a gente de la pobreza y llega a clase media, se les olvida de dónde vienen, y quién los sacó”.
Con las ONGs sucede igual: este gobierno quiere eliminarlas como a la clase media, porque al igual que Castro, Chávez, Ortega, su tarea es eliminar a todos los que lo hicieron ganar el poder para que, de la misma manera, no puedan quitárselo haciendo ganar a otros.
Y las ONGs fueron parte importante para desacreditar a los gobiernos de la democracia del 2000 al 2018: fueron pastoreadas sabiamente desde la oposición por el grupo político que se encuentra hoy en el poder.
Porque, pagadas por las grandes empresas nacionales (para deducir impuestos, sí) y gobiernos y organizaciones internacionales, ayudaron a fortalecer a la ciudadanía para que conociera sus derechos y pudiera exigirlos.
Y a sensibilizar sobre causas sociales, humanitarias, medioambientales; informar, movilizar y lograron participación ciudadana, gracias al dinero que reciben de instituciones y empresas colaboradoras que, a cambio, deducen impuestos.
Bueno, pues este gobierno ya va contra esas empresas colaboradoras porque le dieron 88 mil 792 millones de pesos a las ONGs: 88 mil 792 millones de pesos que quiere ser el gobierno el que los de, para que se los deban al gobierno y no a las empresas.
Recordemos que el gobierno de Peña fue herido de muerte por el Caso Iguala en 2014, gracias a que las ONGs se movilizaron y sensibilizaron a la sociedad sobre la desaparición de los 43 jóvenes, el actual presidente les ensartó la narrativa de “Fue el Estado”.
Por eso va contra las ONGs. Porque pueden hacerlo perder.