Francisco Garfias.
El presidente volvió a dejar a Ricardo Monreal fuera de su lista de aspirantes a sucederlo. Es la segunda vez desde las elecciones del seis de junio.
Eso llevó al coordinador de los senadores de Morena a autodestaparse ayer mismo. “En su momento, cuando se abra la convocatoria, voy a inscribirme”, nos dijo en exclusiva.
Y más: “a nadie debe ofender ni molestar que sea una aspiración legítima la mía. No soy un ambicioso vulgar. Sólo un aspirante normal. Soy fundador de Morena y es mi derecho participar.”
La ausencia de Monreal las dos veces que López Obrador ha mencionado a los presidenciables no es un olvido. Es una exclusión deliberada, un mensaje al senador que confirma lo que ya sabíamos: no está considerado en el 2024 por el hombre de Palacio.
Hay voces Morenas que se han encargado de difundir que AMLO está convencido de que el senador por Zacatecas tuvo que ver con la derrota de Dolores Padierna en la alcaldía Cuauhtémoc.
El ala más sectaria del partido oficial se ha encargado de esparcir la especie de que el senador “traicionó” al Movimiento para perjudicar a la favorita del presidente: Claudia Sheinbaum. ¿Quiénes? Los que fueron a la “fiesta” del destape de Claudia y el abucheo a Mario Delgado.
Ya que estamos. Las ventajas de Monreal sobre Sheinbaum saltan a la vista. Vimos que la Jefa de Gobierno no sabe operar políticamente. Nada más perdió la mitad de la CDMX. Algo inconcebible para AMLO.
Ella –y sólo ella– es responsable de las malas decisiones en cuanto a candidatas y candidatos que perdieron. Fue excluyente.
A Claudia se le asigna, desde Palacio Nacional, el triste papel de regente de la CDMX. Si el presidente le pide que se calle sobre la L-12, se calla. Figura idónea para un maximato después del 24.
La jefa de gobierno tampoco tiene el respeto visible de la oposición; mucho menos el manejo de las relaciones con el sector empresarial. La ven como una extensión de López Obrador, a quien la gran mayoría de emprendedores miran con desconfianza.
La manifiesta preferencia de AMLO por Sheinbaum no le asegura la candidatura.
Ya mencionamos que perdió la mitad de la CDMX en las urnas en junio pasado y, como sea, era la jefa de gobierno cuando se desplomó la Línea 12 del Metro.
En la lista que mencionó AMLO en la mañanera de ayer apareció otra aspirante de “relleno”: Rocío Nahle, secretaria de Energía.
Para nadie es un secreto que esta ingeniera química es una entusiasta promotora del uso de combustibles fósiles en el mundo en pleno siglo XXI.
AMLO la puso detrás de su protegida, Claudia Sheinbaum, de Marcelo Ebrard, Juan Ramón De La Fuente, Esteban Moctezuma, y Tatiana Clouthier, en ese orden.
“Son muchísimos, afortunadamente hay relevo generacional”, presumió en la mañanera. Dice que eso de los tapados ya es historia.
“¿Quiénes pueden sustituirme? Primero, hay que tomar en cuenta que es el pueblo el que va a decidir. Ahora, del flanco progresista o liberal hay muchísimos”, insistió.
Es muy temprano para abrir el proceso de sucesión. No vamos ni a la mitad del sexenio. Lo extraño es que sea el propio López Obrador el que obligue a moverse a los aspirantes antes de tiempo. Está claro que ya quedaron atrás los tiempos de “el que se mueve no sale en la foto”. Hoy es al revés, pero no hay que exagerar.
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Sube a 41 por ciento quienes votarían por decirle adiós a López Obrador en el revocatorio, según encuesta publicada ayer por El Financiero.
Nada que ver con los datos sobre la ratificación de mandato que dio a conocer el presidente en su último informe. Sostuvo que el 72.4 por ciento de los mexicanos quiere que se quede hasta el 2024.
El 21 de marzo del 2022 sería la consulta, de acuerdo al calendario que el propio AMLO dio en noviembre del 2019. A ver si no la retrasan o la cancelan por el desgaste que ya muestra el presidente.
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Otra vez dejaron hablando solo al gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles. Esta vez fue en la SCJN. Su intención de hablar con el ministro Arturo Zaldívar se vio frustrada.
El michoacano, sin embargo, entregó un documento donde, asegura, “expresó la gravedad de los hechos y la importancia de que se reciban las pruebas de que el narco operó en las elecciones de ese estado”.
Silvano dice que todavía tiene esperanzas de que Zaldívar lo reciba. Sabe, sin embargo, que en Palacio les daría “urticaria” si lo hace.
FIN.