06 de junio: el voto democrático contra la dictadura populista

Carlos Arturo Baños Lemoine / Ciudadano Cero

Carlos Arturo Baños Lemoine.

Tres años de dictadura han sido suficientes para darnos cuenta de que el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, en el 2018, ha significado una derrota para México.

30 millones de mexicanos cometieron un craso error en el 2018: darle a López Obrador la Presidencia, el Congreso de la Unión y varias gubernaturas. Estamos pagando las nefastas consecuencias de la desmesurada concentración de poder político en las manos siniestras de un fanático megalómano con permanente sed de venganza.

En un país como México, y por elemental salud republicana, el poder gubernamental no debe quedar concentrado en pocas manos, menos aún en las manos de un tipo mesiánico, psicótico, dogmático y totalitario. Entre 1997 y 2018, ningún Presidente mexicano tuvo congresos débiles ni dóciles. El poder parlamentario tuvo su peso específico y ejerció su papel de contrapeso. Siempre estuvo presente la necesidad de negociar.

Por el error de 30 millones de mexicanos en el 2018, hoy por hoy López Obrador ha podido maniatar al Congreso de la Unión y golpear como vil pandillero al Poder Judicial, a los organismos constitucionales autónomos, a los gobiernos estatales, a la prensa crítica, a la iniciativa privada y a la sociedad civil en su conjunto.

La disidencia y la oposición, fundamentales en toda democracia, no son del agrado del dictador Andrés Manuel López Obrador, quien sólo cree en el poder absoluto; en un poder absoluto que, además, ansía la perpetuidad, al más puro estilo del dictador Porfirio Díaz.

Pero este domingo 06 de junio, tenemos la oportunidad de ponerle un freno a la dictadura populista de AMLO, a objeto de acabar definitivamente con ella en el 2024. Tipos como López Obrador siempre serán un peligro para toda democracia. Fue un error haberlo dejado llegar a la Presidencia de la República en el 2018.

Es hora de pensar en el voto útil y en el voto estratégico, a fin de robustecer a la oposición, especialmente a la conformada por la Coalición “Va por México” (PRI, PAN y PRD).

Movimiento Ciudadano resulta poco confiable: básicamente busca convertirse en partido bisagra para amafiarse con la dictadura populista. Táctica meramente mercenaria.

Hay un principio ético que sostiene que cuando no se puede optar por el bien debido, se debe optar por el mal menor. El mal menor es la Coalición “Va por México”. No somos ingenuos ni utópicos. Conocemos muy bien al sistema político mexicano: el PRI, el PAN y el PRD son una mierda, claro que sí; pero MORENA y sus secuaces son dos mierdas. Así de fácil.

Nuestra democracia aún está en pañales y, por ello, debemos estar eligiendo puros males menores. Insisto: el mal menor, en esta ocasión, es la Coalición “Va por México”.

Este domingo 06 de junio, debemos votar en contra de la dictadura populista que tanto daño le está haciendo a México. Debemos recuperar la poca democracia que hemos construido a lo largo de las tres décadas más recientes.

Debemos acabar con una dictadura que enmascara su comunismo ramplón en un rollito cristiano y de “amor al prójimo”.

Debemos acabar con una dictadura que quiere convertir a millones de mexicanos en parásitos sociales del erario público. Todas las personas deben estar obligadas a ganarse la vida de forma honesta y productiva. La asistencia social debe reducirse a lo mínimo. México no debe convertirse en un pueblo de limosneros.

Debemos acabar con una dictadura que, por “austeridad republicana”, entiende la continua práctica de hacer recortes presupuestales a lo pendejo, sin ningún estudio de rentabilidad ni de costo-beneficio; y sólo para canalizar recursos públicos a obras faraónicas y programas clientelares a gusto del Nerón de Palacio Nacional.

Debemos acabar con una dictadura que se ufana de “ser liberal” mientras fortalece monopolios estatales, vulnera los derechos de propiedad, entorpece la libre competencia, desprotege a los consumidores y favorece prácticas económicas obsoletas.

Debemos acabar con una dictadura que no se atreve a legalizar las drogas pero tampoco a enfrentar a los carteles del narcotráfico, permitiendo el robustecimiento del crimen organizado, que cada vez se halla más fuerte ante unas Fuerzas Armadas convertidas en peones de albañilería.

Debemos acabar con una dictadura que apadrina a la “ideología de género”, permitiendo, entre otras cosas, que muchas feministas delincan con total impunidad y que el sistema de justicia transgreda los derechos elementales de los varones, que son la mitad de la población.

Debemos acabar con una dictadura que utiliza a las instituciones del Estado para hostigar, amedrentar, perseguir y procesar a los enemigos personales del Presidente y de sus cortesanos.

Debemos acabar con una dictadura que habla de “diálogos circulares” y de “debates nacionales” mientras ataca todos los días, desde el poder gubernamental, a los críticos del régimen, al tiempo que premia a sus propagandistas, buhoneros y escribanos con puestos públicos, créditos, publicidad, espacios en empresas periodísticas alineadas y demás forma de “chayoteo”.

Debemos, acabar, en fin, con una dictadura que mucho daño le está haciendo a este país. Aún estamos a tiempo de parar a este pésimo gobierno, antes de vernos en el espejo de Venezuela, de Nicaragua o de Argentina, por decir algo.

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Esta videocolumna de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.

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