Carlos J. Pérez García.
Va como adelanto, más que temor. A partir del 7 de junio se van a agravar ciertos problemas que enfrentamos, tanto en la economía como la salud y la seguridad o la inestabilidad social y las relaciones con Estados Unidos, digamos.
Si los resultados nacionales se ven favorables a Morena el presidente los tomará como un aval a su estrategia de conflicto y destrucción institucional, con una economía mal manejada y amenazas al banco central que hunden la confianza de los agentes económicos. Y si son desfavorables cabe recordar que, de 6 elecciones, sólo aceptó las dos que ganó (el 2000 en el DF, el 2018 la presidencial) y reclamó fraude en cada una de las 4 que no ganó (dos para gobernador de Tabasco en 1988 y 94, las dos presidenciales de 2006 y 2012).
A las votaciones del 2021 llegamos con montones de información o desinformación, de ataques y contraataques, de datos y “otros datos”, de verdades o medias verdades, de precisiones o exageraciones, de promesas o escepticismos, de ilusiones y realidades. Bueno, no faltan las confusiones y la mitomanía se generaliza por el malo ejemplo.
Mucho se discute sobre Morena y sus aliados, en contraposición al resto de los partidos que a veces se coaligan. Igual se habla de “el pueblo” o los partidarios de la llamada 4T, frente a la odiada sociedad civil o quienes no tienen compromiso con el actual grupo en el poder. Dado que no cuenta con hechos o éxitos tangibles el presidente dice que el principal logro de su nuevo régimen es “el cambio de mentalidad”. Y su objetivo central sería erradicar la corrupción, pero tampoco confirma avances.
Para darse ánimo con su todavía elevada popularidad personal (no una aprobación de su gobierno), insiste en que la gente está “muy consciente, muy avispada y sabe lo que le conviene”, con esperanzas (renovadas por propaganda y repartos de dinero) que se traducen en votos. Se aplica un maniqueísmo de “los buenos y los malos”, pero aún más del presidente frente a los que no están con él (o sea, están en su contra). Es, pues, la polarización que el mandatario ha instigado como estrategia (los demás son inmorales y corruptos).
Así, si nos fijamos: a quienes ven que AMLO como “el peor presidente del mundo”, sus feligreses les contestan que viene a ser “el mejor del mundo” como una réplica directa de “fe ciega”, y él trata de defenderse con una encuesta a modo. Se va del ‘todo está mal’ al festejo mañanero, sin olvidar el gran número de burlas e insultos que incluso lo victimizan y fortalecen. Ahora se agregan problemas diferidos ante las elecciones, tales como la sequía, el hambre y los correctivos del Metro en la CdMx.
Frente al autoritario en campaña, sus adversarios amenazan: “el 6 de junio, adiós Morena” o “en x días Morena se va”. Pero, ojo, no será así pues sólo se trata de que no tengan todo el poder para hacer lo que se les ocurra sin contrapesos. La clave es la mayoría de la Cámara de Diputados con efectos en el presupuesto y las legislaciones constitucionales que se tienen que debatir y votar. ‘Un Falso Mesías’ exclama la portada de The Economist y añade que “los votantes deberían frenarlo”.
En cuanto a los medios se queja de que casi todos los periódicos están contra él, al igual que todas las estaciones de radio. Asegura que se han confabulado en su contra por razones ideológicas y de corrupción, pero no se pregunta si tal vez sólo coinciden en sus críticas como sucede con tantos ciudadanos. Miren, si alguien quiere enterarse de la situación del país y las campañas, qué periódico busca: ¿Reforma o La Jornada (que está subvencionado y sólo elogia al gobierno, además de que oculta problemas)?
Bien, oigan, nos queda votar… sin temor alguno (si acaso al COVID). Cosa de informarse, pensarle y participar. Habrá que votar como si nada fuera a empeorar, y como que eso de ‘vacuna por vacuna’ es una obligación del Estado, no un favor de un partido.
* LOS DIVERSOS CANDIDATOS SON escudriñados por los medios y por quienes tenemos interés, con mayor atención en los casos de alcaldes y gobernadores (¿les parecen Enrique y Octavio en SLP?) o de diputados locales. Pero los diputados federales son los que más importan al líder nacional que quiere gobernar solo a partir de sus ocurrencias.
Ya que podemos conocer algunos candidatos y tener una idea de los partidos, debemos votar como pensemos. Hoy el furor es anti-KKs o anti-4T, aunque luego deberá ser pro-algo que incluya mayor eficacia contra la corrupción.
@cpgarcieral