Raúl Flores Martínez.
Vaya escándalo que generó la publicación de The Economist que califica al Presidente Andrés Manuel López Obrador, como el “Falso Mesías”, un artículo donde lo compara con otros presidente del mismo corte Víktor Orbán de Hungría, Narendra Modi de la India y a Jair Bolsonaro de Brasil.
Un golpe contundente que le sacó el coraje al propio López Obrador que de acuerdo a sus más allegado, mentó madres a todo el mundo al sentirse dañado en su pura imagen.
La revista señala que el mandatario mexicano, divide a los mexicanos en dos grupos: “el pueblo”, que para el dirigente son aquellos que lo respaldan, y la élite, a la que “denuncia, frecuentemente señalándolos por su nombre, como criminales y traidores responsables de todos los problemas de México”.
Además, deja muy en claro que las ideas de López Obrador, son ideas atadas al pasado, insiste, no funcionan. Empezando por la monopolización de la industria petrolera, basada en sus recuerdos de la década de los 70.
“Intenta recrear algo similar, prohibiendo prácticamente la inversión privada en hidrocarburos y obligando a comprar la energía eléctrica primero de fuentes estatales, sin importar cuán costosas y sucias sean”.
Párrafos que le sacaron la bilis al Presidente, frases que le pegaron en el orgullo que de inmediato el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard envió una misiva a la publicación inglesa que se edita en Londres.
Ebrard califica de “absurdo” el editorial del rotativo que pide “frenar” al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, por ser “un peligro para la democracia”.
“Quizás lo más llamativo de los textos, por lo absurdo que resulta, es la sugerencia de que el presidente López Obrador de algún modo ha minado la democracia mexicana, cuando lo que ha hecho es precisamente lo opuesto”.
Resulta que el gobierno de cuarta que está llevando a la ruina a toda la nación, está herido en el orgullo al saber que la cuarta transformación se ve como un fracaso desde el extranjero, solo aquellos que estiran la mano para recibir una dádiva, lo ven como algo fenomenal.
No solamente The Economist, ha publicado como es el gobierno mexicano, también algunos medios como Latinus, ha dado a conocer algunos hechos de corrupción algo que de inmediato, dio pie para las críticas desde la conferencia mañanera.
Lo que es un hecho, es que el Falso Mesías que tenemos como Presidente, seguirá haciendo berrinche, porque no tiene facultad para que la UIF investigue a la revista londinense y mucho menos para pedirle que el gobierno de Inglaterra, sanciones a la revista nacional.
Ahora el “Falso Mesías” hará berrinche, despotricara, descalificara y dirá que es una estrategia de sus enemigos políticos para dejar mal parada su cuarta transformación; sin embargo, el propio López Obrador se ha vuelto su propio enemigo y quién se está poniendo el pie.
