Rubén Cortés.
Sabiendo que embaucaba, el grupo político que hoy gobierna convirtió el colosal drama humano del Caso Iguala en una ordinaria estrategia electoral, al culpar al Estado, al Ejército, al gobierno. Pero hoy acepta que no fue ninguno, porque lo dice Kamala Harris.
Es lo que concluye el expediente que avisa a diario el presidente que le mandó la vicepresidenta estadounidense sobre la investigación de la DEA por el asesinato de los 43: “La opción más lógica apunta al Guerreros Unidos”.
Aunque es lo mismo que resolvió la administración anterior, sólo que ahora lo determina el proceso seguido en Chicago contra Pablo Vega, líder de Guerreros Unidos, el cártel con el que estaban vinculados el alcalde Abarca y su esposa, cercanos a Morena.
O sea, que siempre fue una manipulación de la más baja estofa aquello de hacer creer a los padres que los 43 regresarían vivos porque vivos se los llevaron el Estado, el Ejército, el gobierno, aún sabiendo siempre que había sido el crimen organizado.
Porque lo que sucedió el 26 de septiembre de 2014 en Iguala es lo que asienta la Verdad Histórica: los jóvenes fueron secuestrados, asesinados, incinerados y arrojados al río San Juan, por Guerreros Unidos, al señalarlos como miembros del Cártel Los Rojos.
En ello trabajaron a cientos de policías, agentes, científicos, universidades y centros de investigación de México y el extranjero. Y lo confesaron decenas de criminales, de los cuales 77 han sido puestos en libertad durante el actual gobierno.
Confesaron Felipe Rodríguez Salgado (de Guerreros Unidos y ejecutor directo), Patricio Reyes, Jonathan Osorio y Agustín García, también participantes; así como 142 implicados más, 77 de los cuales fueron liberados, por maltratos en los interrogatorios.
Y el mejor laboratorio del mundo en pruebas de ADN (Universidad de Innsbruck) identificó como de normalistas, dos restos calcinados hallados en el basurero de Cocula, mediante el método científico más avanzado que existe: extracción de ADN mitocondrial.
Además, un centenar de peritos, el Instituto de Biología de la UNAM, el Imperial College de Londres y la Oficina Forense de Norfolk dieron certeza a las investigaciones acerca de que la mayoría de los cuerpos fue quemada en el citado basurero.
Pero el grupo político que hoy gobierna ideologizó el caso y logró tirar todo lo anterior basado en “alguna variabilidad en la literatura” y en “un par de fotos del basurero”. Y los padres creyeron más esta versión que las pruebas científicas.
Pero lo peor es que van a seguir nublando a los padres (y los padres dejándose nublar), sabiendo que la verdad del Caso Iguala es definitivamente cosa juzgada, a pesar este expediente de Kamala Harris y toda la pesquisa anterior.
Porque les da votos.
