Raúl Flores Martínez.
En esta semana se habla mucho de Tamaulipas, se habla de la orden de aprehensión del gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca por lavado de dinero a través de 25 empresas, entre ellas Perforaciones y Remodelaciones Entransito S.A. De C.V.; Horizonte Vertical S.A. de C.V.; Desarrolladora Cava S.A. de C.V.; Flunky S.A. de C.V.; Desarrolladora y Constructora CDEV S.A. de C.V.; Buffet Jurídico Goat and Smith, entre otras.
Se habla desde Palacio Nacional de la corrupción o supuesta corrupción de este gobernador, se habla, se señala por parte del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y todo su séquito de lamebotas de elección popular.
Sin embargo, nadie dice nada sobre la extrema violencia que vive la sociedad tamaulipeca ante los embates del crimen organizado, esa guerra cruenta que tienen las escisiones y brazos armados de los cárteles en extinción, como es el Cártel del Golfo y Los Zetas.
Los Zetas tras la muerte de su líder nato Heriberto Lazcano y la captura de Miguel Ángel Treviño, se dividieron en el Cártel del Noreste y Zetas Vieja Escuela que tienen confrontaciones entre ellos mismos y contra los brazos armados del Golfo.
La Información Filtrada de la FGR, señala que Tamaulipas quedó dividida entre las organizaciones criminales que azotan con sus delitos. Para el Cártel del Golfo las ciudades de Reynosa, Matamoros, Ciudad Victoria y el puerto de Altamira, se pelean a fuego y sangre; mientras el denominado CDN tienen influencia en la zona costera de San Fernando, Nuevo Laredo.
Los líderes del crimen organizado en el estado siguen dando golpes en el estado, el más visible Juan Gerardo Treviño Chávez, alias el “Huevo”, sobrino del sanguinario Miguel Ángel Treviño Morales, el último líder de Los Zetas, encabeza actualmente el Cártel del Noreste.
De acuerdo con la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas, tiene presencia en los municipios de Nuevo Laredo, Monterrey (Nuevo León) y Texas (EEUU). Se le acusa de tráfico de drogas, homicidio, asociación delictuosa, y se ofrece una recompensa de 2 millones de pesos a quien proporcione información por su captura.
En el municipio de San Fernando, el jefe de plaza del CDN, es de Humberto Alejandro Uribe Mendoza, el “Pawa”, quien se disputa el municipio con Ernesto Sánchez Rivera, alías la “Mierda”, “Cuate” y/o “M22″ y Héctor Sánchez Rivera, la “Mami” y/o “M1″, líderes de la célula delictiva “Los Metros” del Cártel del Golfo en Reynosa.
Mientras que, en el municipio de Jiménez, se ubica a Pablo Misael Ramos Lara, alias el “Pantera” trabaja para el Golfo y tiene acusaciones por narcotráfico, secuestro y extorsión.
En los municipios de Camargo, operan los hermanos César Morfín, “Primito” y Álvaro Noé Morfín, “R-8″, este último ubicado también en Nuevo León y Jalisco, donde buscaría una alianza con el CJNG.
José Martín Cárdenas ocupa el número ocho de los objetivos prioritarios del gobierno de Tamaulipas. Alias “Chiwilly” opera en Matamoros para el Cártel del Golfo.
Esta es parte de la radiografía del crimen organizado en Tamaulipas, un estado históricamente violento y que para la actual administración el único criminal se llama Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
En este espacio le ponemos al Presidente Andrés Manuel López Obrador y a toda su comitiva de focas aplaudidoras que están en el Senado de la República y Cámara de Diputados, otros nombres de criminales que deben ser capturados en Tamaulipas, pero creo esos nombres no los pronuncian por miedo o por alianza.
