EEUU.- Las potencias occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, llevaron este miércoles a la ONU los supuestos abusos del Gobierno chino contra los uigures y otras minorías en la provincia de Xinjiang, elevando la presión contra Pekín, que negó todas las acusaciones y las calificó como un pretexto para tratar de hacerle daño.
EE.UU., de la mano del Reino Unido y Alemania, convocó un acto virtual dedicado en exclusiva a analizar la situación en Xinjiang, que contó con los testimonios de activistas de derechos humanos, expertos y representantes de organizaciones como Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional.
EFE
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