Carlos J. Pérez García.
Les decía, hace poco, que tenemos que ser más optimistas. Pero igual lograr que ese optimismo muestre cierto sustento en la realidad que enfrentamos en este país. Sólo se trata de “hacer de las malas, buenas”; esto es, no hay un mal, ningún aprieto o infortunio, del que no podamos derivar algo bueno o mejor… con las oportunidades que surgen en las crisis, digamos.
Por lo general, los domingos o lunes empiezo a pensar en temas para el artículo que habré de enviar al periódico el viernes en la tarde. Los reiterados desvaríos presidenciales tienden a dominar, pero ahora el lunes en la noche se registró el colapso en la Línea 12 del Metro de la capital del país con graves consecuencias, lo que opacó mi idea central sobre Educación: la negativa del gobierno Federal a seguir en la prueba PISA (Program for International Students Assessment) que se lleva a cabo cada 3 años para estudiantes de secundaria (15 años) de 87 países, en 3 competencias: lectura, matemáticas y ciencias.
Me tocó participar desde la entrada de México a PISA al inicio de la década del 2000 y en los orígenes del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), organismo autónomo que de forma increíble fue disuelto en 2019 por el nuevo gobierno. También ese año se anunció que dejaríamos de participar en 2021, lo cual se ratificó estos días pero luego se ha aclarado que siempre sí continuaremos. En realidad, aunque al actual presidente no le entusiasmen nada las pruebas o evaluaciones, sobran explicaciones para una probable reprobación a un peor nivel (desde la pandemia hasta lo que se le ocurra).
Es ya un lugar común: lo que no se mide, no se puede mejorar. De hecho: se define, se mide, se compara, se analiza y se toman así decisiones para mejorarlo. No es sólo la evaluación, claro, sino lo que viene después a partir de lo que se tenía y se identificó con ayuda de los exámenes… Al darse a conocer los resultados se suelen presentar escándalos mediáticos en los países, si bien evaluar se vuelve imprescindible en un sistema educativo que aspire a ser eficaz (aunque no se hable de “calidad” educativa, un término que también disgusta al presidente por aquello de la desigualdad y los elitismos).
Aquí y en casi todo, él busca la igualdad a niveles más bien bajos: en la pobreza extendida, con menos ricos; en empleos de menor categoría, para masas no muy calificadas; en el acceso a la salud y la educación, aunque no funcionen.
La tragedia de Ebrard y Sheinbaum distrae de otras broncas, pero ha ido demasiado lejos a pesar de que el primer mandatario la quiere minimizar. De ella habla lo mínimo y no ha querido ver a los deudos o familiares de los heridos (no desea lucirse con fotos, dice), al grado de que líderes extranjeros lo han hecho verse ausente. Incluso ha inventado un conflicto diplomático para reducir aquí los ataques a él y sus cercanos colaboradores, tan cerca de las elecciones.
Mientras, oigan, la educación pública continuará su colapso.
* HAY EXPRESIONES QUE MARCAN los tiempos y, creo yo, vale la pena recuperarlas. Entre ellas, estos días de negligencias y campañas he leído o escuchado las siguientes.
“La ineptitud mata gente; la corrupción y la impunidad matan muchos individuos; la negligencia y la austeridad mal entendida pueden matar también a no pocas personas”.
“Del desastre del Metro los responsables señalan que van a indagar … hasta que encuentren a los responsables”.
“Enviamos nuestro amor a la gente de la CdMx, si acaso las palabras pudieran ayudar a aliviar su dolor y tristeza, que el ángel de la independencia vuele sobre los jardines flotantes de Xochimilco, los guíe a todos ustedes a través de esta terrible tragedia y les dé fortaleza para encontrar un mejor mañana. Que descansen en paz todos los que han perdido la vida en esta tragedia. Hacemos llegar nuestro amor y nuestros pensamientos a quienes han resultado heridos y a todos los afectados” (Del sistema ‘Underground’, el excelente Metro de Londres).
“Caray, AMLO ¡cómo te extraño de candidato de la oposición… ya le hubieras puesto una chinga al pendejo que tenemos ahorita de presidente!”.
“Aunque te duela, la persona que te dice las cosas como son te quiere mucho más que aquella que sólo te dice lo que tú quieres escuchar”.
@cpgarcieral