Raúl Flores Martínez.
Es una verdadera desgracia la muerte de más de una veintena de personas en el accidente que generó el desplome de una columna del metro en la estación Los Olivos de la Línea 12.
Las especulaciones no se hicieron esperar, así como los comentarios de los expertos de las redes sociales que muy aguerridos y con la espada desenvainada, defendían al Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Así como lo está leyendo, algunos fanáticos del mesías tabasqueño, aseguraban que el accidente del metro era un “atentado” para atacar al Presidente y su cuarta transformación, afirmaciones que son muy fantasiosas y estúpidas.
Un atentado en la Ciudad de México, traería una estela de muerte y desgracia, una estela que no podríamos contabilizar, ni contar. Esas mentes perversas que surgen para defender, lo indefendible de un gobierno que se está pudriendo y se cae a pedazos.
Al igual que la imagen del canciller Marcelo Ebrard, una imagen que comenzó a trabajar con las vacunas anticovid para llegar a la Presidencia en las elecciones del 2024.
Es un hecho, que se trabajará para limpiar la manchada imagen de Ebrard Casaubond, una imagen que ya dejó muertos y heridos por los caprichos del cónsul para hacer esta línea en su mandato.
Que este accidente sea solo una llamada de atención para que la sociedad se percate que los proyectos de caprichos, pueden quitarle la vida al construirse a prisa con materiales baratos.
Quién será el culpable, quién pagará la muerte de las 25 persona, quién por qué le aseguro, que Marcelo Ebrard, el diputado Jorge Gaviño, jamás serán tocados por las autoridades por la sencilla razón, de estar protegidos por la cuarta transformación.
Hoy lamentamos la muerte de 25 personas, cuyo única culpa, es la de usar una línea del metro mal hecha, barata y con bastantes fallas. Acaso, ya se les olvidó que Marcelo, se tuvo que ir a Francia para evadir a la justicia mexicana.
Hoy lamentamos la muerte de las 25 personas que han dejado dolor en 25 familias, esperemos que por primera vez, se aplique la ley con el rigor, incluyendo a los altos funcionarios de la 4T, de lo contrario, serán lo mismo de antes.