Jorge Miguel Ramírez Pérez.
No importa lo que dañen, incluso en costo de vidas humanas por malas decisiones en los temas de las vacunas, de las medicinas para enfermos graves, los muertos por permitir la guerra de pandillas. Morena y el gobierno nunca reconocen su incompetencia y mala fe.
Ahora en la falta de prevención de una tragedia anunciada: la línea 12 del Metro de la Ciudad de México. Morena y sus asociados, nunca tienen la culpa, nunca asumen la responsabilidad. Y hablan hasta de sabotaje, como dice el boquiflojo en su lenguaje degradado, un compló…
Y la gente, el pueblo bueno, se queda callado, no se inmuta. Parecen un pueblo barato, con limosnas se conforman.
Lamentablemente no han cambiado las cosas mucho en México desde el siglo 19, así era con otro López, con Antonio López de Santa Anna igual, y tienen razón, no se pueden comparar a los anteriores, son peores estos; pero sí se comparan a los de hace mas de ciento cincuenta años.
A López de Santa Anna, la gente lo quería, el amor del populacho le acompañó por décadas; incluso la clase política de su época lo mandaba llamar para que se hiciera cargo del poder, porque, aunque fueran sus rivales, reconocían su liderazgo entre la masa. Sabían que, con dádivas, alentando la violación de personas en las campañas militares, les daba lo que querían sus seguidores, darle rienda a sus pasiones y vicios: lo de López de Santa Anna no era el béisbol, entonces eran las peleas de gallos donde no faltaba el aguardiente corriente. En sus levas, en vez de avituallamiento lo que les sobraba era mariguana.
La gente adoraba a López de Santana.
Fue muy difícil tergiversar la historia, lo que hicieron los amanuenses de Benito Juárez, quien le tenía mucha envidia por su popularidad a López de Santa Anna. Ellos lo culparon de todo sin que el pueblo se enterara, porque para eso tenían que saber leer y escribir, y si hoy, la gente evita la lectura, entonces era una practica reservada para pocas personas. Fue hasta la dictadura de Porfirio Díaz, cuando empezó a declinar la figura del caudillo entre el pueblo.
En la actualidad a López de Santa Anna, se le han imputado hasta más hechos reprobables de los que fue responsable. Su fama hoy, está por los suelos como es el destino de los tiranos, tarde o temprano resultan ser vomitivos.
Pero como el tiempo parece no transcurrir, Morena sigue la misma trayectoria de Santa Anna, sustituye su impericia con una inmensa ignorancia, que es secundada con fidelidad religiosa por sus seguidores.
López de Santa Anna creía que Texas era un estado pequeño, no tenía idea de su tamaño, se figuraba era seis veces menor de lo que es. Santana minimizaba los daños, como ahora se minimiza el pago de enormes indemnizaciones del aeropuerto texcocano, o la cervecería en el valle de Mexicali. Ni idea tiene el actual caudillo, cuándo y a qué equivale la burrada de cancelar, sin investigar a los causantes del quebranto. Hacerlo sin tener datos precisos, convierte al cancelador en un cómplice más de ellos, la sospecha de inmediato concluye que cobró ahora, no en el largo plazo.
Así los de Morena, creen que las cosas no requieren mantenimiento, y que las obras públicas son para mocharse, nada más.
La señora Sheibaum se la tira de experta en física, pero, es igual que su jefe, nunca fueron a clases, pasaron con boletazos. Ni por equivocación, entendió que la línea doce del metro, hechura de los gobiernos izquierdistas de la capital, era un enredijo de componendas y parches, sobre precios y suma de negros intereses. Igual que la obra del “segundo piso” que oficialmente se llamaba el “Distribuidor Vial San Antonio”, a ella, le tocó ocultar bajo el esquema de reservar el grueso de la información por años indefinidos, es decir, la funcionaria es experta para que no se sepan los montos de obras del gobierno de la Ciudad de México.
Pero desde su diseño fue Rioboo el mismo del segundo piso, el que hizo el de la línea 12. Las empresas constructoras fueron ICA y las de Slim, el padrino de Obrador. Y los políticos que estuvieron en las decisiones en primer lugar, Marcelo Ebrad, su exprotegido Mancera y el de finanzas Mario Delgado.
Quien dijera que puro prócer de actualidad está en la picota.
A ver si reacciona ya el pueblo noble, y decide en junio, dejar de apoyar a esta banda de irresponsables, que con salidas infantiles rehúyen sus criminales yerros.